Cuando la dura campaña electoral en la que todos nos hemos visto enfrascados llega a su fin, una vez más ha quedado claro que el sentimiento que -en mayor o menor medida- inspira y mueve a todos los candidatos es la ambición.
Curiosamente, ambas palabras: "candidato" y "ambición" vienen de vocablos del latín, pero cuyo significado en tiempos del Imperio Romano era, como veremos, diferente del que hoy asignamos a cada uno de esos dos vocablos.
En Roma se llamaba "candidatus" a aquel que aspiraba a desempeñarse en la función pública y que para ello circulaba "vistiendo una toga blanca", que significaba humildad y pureza de intenciones. Mensaje simbólico muy distinto de la realidad actual, donde la soberbia y la arrogancia del poder son notorias y la corrupción parece ser extendida, casi endémica, en demasiados rincones de la realidad del mundo de la política. Particularmente en el patológico universo "bolivariano".
El verbo latino del que deriva la palabra "candidatus" es "candere", que significa brillar y es el antecedente directo de nuestra palabra castellana "candidez", que supone tener pureza, claridad y rectitud. Lo contrario de la hipocresía, de las trampas, de los engaños, de la mentira, que son desgraciadamente moneda corriente en el universo de la política.
Ambición, a su vez, proviene del latín "ambitio", que describía la acción de recorrer casa por casa. Ocurre que así hacían fundamentalmente su campaña política los candidatos a la función pública, en tiempos de los romanos. Ésta era su mecánica más importante para hacer proselitismo. Estrechando la mano y conversando con la gente, puerta a puerta.
Hoy un político ambicioso no recorre necesariamente casa por casa, pero hace cosas parecidas y tiene ciertamente sus objetivos finales meridianamente claros. Tanto es así que, en muchos casos, la ambición suele ser algo así como el combustible más importante para alcanzar el éxito. Los tiempos cambian. Algunas palabras, también.
EMILIO J. CÁRDENAS (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Ex embajador de la Argentina ante las Naciones Unidas.