Con todo un país en contra, Brasil buscará superar esta tarde en Sudáfrica el penúltimo escollo que le queda para revalidar el título de la Copa Confederaciones conquistado en 2004, ante los anfitriones (15:30, Fox Sports) del torneo en la semifinal que se jugará en Johannesburgo.
El equipo "verdeamarelo" se perfila como claro favorito, pero los sudafricanos comandados por el técnico brasileño Joel Santana apuestan a lograr la "misión imposible" y alcanzar la final alentados por el apoyo de la hinchada y sus ruidosas "vuvuzelas".
"Si eso nos otorga una ventaja psicológica, espero que la hinchada las haga sonar aún más fuerte", afirmó el portero de los "Bafana Bafana", Rowen Fernandez, al aludir a las quejas de jugadores brasileños por el ruido de esas cornetas de plástico usadas por los aficionados de fútbol de Sudáfrica.
En las filas brasileñas, la euforia tras la abrumadora victoria por 3-0 sobre Italia, el domingo, fue reemplazada por un discurso cauto. Ya nadie afirma que Brasil es favorito: "Cada partido tiene una historia. Si Sudáfrica llegó a semifinal, es porque tiene méritos", dijo el técnico Carlos Dunga.