Seis de los peritos oficiales que evaluaron la salud mental de Martín Ríos, el llamado "tirador serial de Belgrano", coincidieron ayer al declarar en el juicio oral que el imputado es "un enfermo esquizofrénico peligrosísimo". El perito de la defensa aseguró además que el acusado "no distingue entre estar jugando en una Play Station, tirándole a los pajaritos o andar en la calle matando gente".
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 12 de Capital Federal dio ayer por terminada la ronda de testigos en el juicio contra Ríos y pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes, cuando se realizarán los alegatos finales de las partes.
La salud mental de Martín Ríos fue el centro del análisis en la causa por el asesinato de Alfredo Marcenac, ocurrido el 6 de julio de 2006 en avenida Cabildo al 1700. En aquel inexplicable episodio, el acusado disparó a los peatones al menos 9 veces con su pistola calibre 380. Además de asesinar al estudiante de 18 años hirió a otras seis personas.
A pesar de que la familia de la víctima fatal sostuvo antes y durante el juicio que Ríos estaba "fingiendo" un cuadro de esquizofrenia para no terminar detenido en una cárcel común, tres estudios periciales distintos establecieron que es "un esquizofrénico inimputable". En eso coincidieron no sólo el perito de la defensa sino también los forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quienes encuadraron a Ríos en la situación de quien no puede comprender la criminalidad de sus actos o dirigir sus acciones.
La única pericia distinta fue la del médico Ricardo Risso, quien revisó a Ríos al día siguiente de su detención y dictaminó que estaba "lúcido, ubicado en tiempo y espacio". (Agencias)