Mientras esperamos a Francesca Santangelo, los cronistas tenemos un raro privilegio: Ruud Wiener juega sobre el vibráfono mientras las cámaras de los reporteros transforman su imagen en una huella digital. Wiener, un fantástico improvisador de jazz, se desliza sobre el teclado con una elasticidad marina. Suaves olas invisibles cruzando el aire.

Al rato llega Francesca Santangelo y el privilegio se duplica. En realidad, se multiplica porque entre ambos establecen un diálogo exquisito que no admite fronteras. Por unos segundos las cámaras se apagan y los ruidos exteriores, las conversaciones que están por fuera de este planeta se pierden en el poderoso fluido de la música.

Francesca y Ruud, dos percusionistas ampliamente respetados en su ambiente y maestros de sus instrumentos con master classes y presentaciones en EE. UU. y Europa, están simplemente dejando que su naturaleza se exprese. De eso se trata el concierto que darán juntos hoy, en el Auditorio de la Fundación Cultural Patagonia, en el marco del Festival Internacional de Percusión, de fluir.

-¿Cómo definen el espectáculo que brindan juntos?

-Ruud: es un mix entre un repertorio clásico y otro de improvisación. Tenemos lo que llamamos una "Mesa de Sonido" de donde tomamos distintos instrumentos y vamos improvisando.

-Francesca: también es un encuentro generacional porque (acá Francesca se tienta) yo soy joven y él viejo (risas). En realidad, si, es un encuentro de generaciones porque existe una diferencia de edad pero también de experiencias y eso está plasmado en el escenario.

-Su recital está marcado por la improvisación. Sin partituras. De algún modo, los músicos no saben con exactitud qué va ocurrir y en ese misterio radica la magia de la música.

-Francesca: Es verdad, no lo sabemos todo. No es como en el caso de la música clásica en que debes seguir un orden, una partitura, siempre debe ser lo mismo. Aquí en cambio estás hablando sobre algo.

-Ruud: expresas el momento, las propiedades de ese momento único.

-¿Saben ustedes que la zona en la cual se desarrolla este encuentro no es la Patagonia que uno ve en las postales?

-Francesca: somos conscientes de eso y es grandioso estar aquí. Y no lo digo en ese sentido tan americano del "¡Great!". No, lo digo porque lo siento.

-Y cada lugar, supongo, debe proveer una energía distinta para la música y su instrumento.

-Ruud: Todo importa a la hora de tocar. No es lo mismo tocar aquí que en Buenos Aires o en otro país. Hay otro clima, otra cultura, otra comida, otra manera de ver el mundo y, sobretodo cuando improvisas, parte de eso se manifiesta en tu música.

-La música como una experiencia singular.

-Ruud: Si, como algo que sólo pasará de esta manera aquí y ahora.

-Ambos son músicos reconocidos internacionalmente y buscadores de nuevas ideas compositivas ¿cómo observan el fenómeno pop-rock que acapara el interés de la inmensa mayoría del público?

-Ruud: Aunque la improvisación implica tocar sin partituras, no quiere decir que el estudio para llegar a improvisar no sea riguroso. Esto implica muchas horas de trabajo. Me gustaría que nuestra música creciera en difusión y que también crezcan los públicos para escucharla.

-Francesca: La música pop puede ser tan simple. Algunas notas y ya está, es suficiente.

-Ruud: mucha gente quiere oír eso.

-¿Y cómo invitarían al público para el concierto de hoy?

-Ruud: Ambos disfrutamos mucho estando sobre el escenario y eso se refleja en la música.

-Francesca: Nosotros hablamos a través de la música y yo los invito a escuchar esa conversación.

-Ruud: esa es una linda definición.

-Y es un lindo final.

CLAUDIO ANDRADE

candrade@rionegro.com.ar