Es que un año más, el Centro Vasco Gure Etxea organiza esta manifestación popular en la ciudad, que la llevará a cabo en forma conjunta con el centro Gallego y la Asociación Española.
Será en las instalaciones del predio municipal "Cooperativa Valle Fértil" ubicado calle Estados Unidos entre Av. Roca y Sarmiento. La fogata se hará en el patio que da a calle Sarmiento.
"Haremos la fogata, bailaremos y cantaremos alrededor del fuego. Queremos arrojar además las penas al fuego y recitar algún conjuro de nuestras viejas brujas", dijeron los organizadores al difundir su invitación a toda la comunidad valletana.
Parte de la historia.- Hace miles de años los pueblos del norte de Europa (hoy Suecia y Finlandia) festejaban con una gran fogata, danzas y comidas típicas, la llegada del solsticio de verano, el 24 de junio.
El fuego significaba purificación y fertilidad. Las llamaradas de la fogata perpetuaban la luz, que duraría seis meses. Ya en la era cristiana, esta tradición y otros ritos paganos llegaron al País Vasco y toda España donde fueron apropiados por la Iglesia para contemporizar con las costumbres que no podían evitar. Así, la fogata fue adoptada para celebrar el nacimiento de San Juan Bautista.
En el País Vasco y España, se han venido practicando estos ritos desde la más remota antigüedad, en fechas que podían cambiar de unas a otras, aunque no tuvieran en todas la misma duración, pues en algunas comarcas el tiempo previsto se reducía a la noche precedente a la festividad de “San Juan” en la que se trataba de recoger cuantas manifestaciones conocemos a este propósito.
Son días de reflexión, pero también de jolgorio y alborozo que inspiran sentimientos de hermandad, donde el principal y elemental símbolo es la fogata.
Se quema lo malo y se cede el paso a lo bueno. Se deja atrás el pasado para abordar con nuevas miras el futuro. El solsticio, San Juan, supone una excusa para cambiar, la oportunidad de reiniciar.