BUENOS AIRES (DyN).- En plena campaña electoral, el ex presidente Néstor Kirchner prometió en nombre de su esposa y presidenta Cristina Fernández "ayuda" a la empresa Mastellone Hermanos, productora de la marca La Serenísima, en una situación complicada y con rumores de venta a una firma extranjera.
En un acto realizado en General Rodríguez, sede de la empresa, el ex presidente pidió que "no volvamos atrás" y pidió "poner primera" frente a los "que quieren ponerle marcha atrás al proceso de crecimiento con inclusión social", iniciado en el 2003.
"La presidenta, antes de salir para aquí, me dijo, enterada de que podía haber una venta de La Serenísima, que podía contar absolutamente con el apoyo del gobierno nacional", dijo Kirchner durante un acto de campaña.
El ex presidente no dio precisiones acerca del apoyo a la compañía, ya sea gestiones ante organismos internacionales u otros gobiernos, como ocurrió años atrás con SanCor, ante inversores locales para una eventual asociación, o el aporte de fondos por parte de la Anses.
Destacó que la jefa del Estado está "detrás de un trabajador como Pascual" Mastellone "para apoyarlo con todas las fuerzas".
Hace pocos días se hicieron públicos los problemas de la empresa, que perdió el año pasado 265 millones de pesos y acumula deudas por 230 millones de dólares.
Ante las versiones sobre una posible venta de acciones a su socio francés, la multinacional Danone, Mastellone comunicó a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que "no existe ningún acuerdo" en ese sentido, aunque señaló que existe un "diálogo fluido" están analizando "distintas alternativas de negocios".
El gobierno ya había realizado hace tres años gestiones para auxiliar a SanCor, otra de las grandes empresas lácteas del país, finalmente asistida con un préstamo de Venezuela.
Las complicaciones de las dos compañías se enmarcan en la delicada situación del mercado de la leche en la Argentina, no solo en el eslabón industrial, sino también en la de la producción, con cierres de tambos en los últimos años a razón de tres por día, de acuerdo a un estudio de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la SRA. (Ver aparte)
Kirchner recordó, al hacer alusión a los que proponen un cambio (De Narváez), que "también en la caja de cambios se siente la marcha atrás", y en ese sentido exhortó a que "pongamos primera y construyamos una Argentina que nos contenga a todos".
Rememoró que en 2003 "me tocó ver la Plaza de Mayo más triste de la historia, llena de gente angustiada, que había perdido sus ahorros; miles y miles que habían perdido su trabajo". Fustigó a las empresas privatizadas que en 2001 "eran las primeras en advertir que harían juicios" al país, si no se pagaban las deudas. "YPF, Telefónica, pesqueras que se llevaron fortísimos niveles de rentabilidad y dejaron millones de argentinos en la calle lo primero que hicieron fue retarnos" y añadió: "¿Cómo no me iba a enojar después de todo lo que se llevaron de la Argentina?".
