Una reciente investigación australiana demuestra que tomar leche descremada en la primera comida del día contribuye a aumentar la sensación de saciedad y esto permite que en la próxima comida -el almuerzo- el ingreso de calorías sea menor.
Para llegar a estos datos los investigadores compararon un desayuno en el que se tomaba leche con otro en el que se tomaba jugo de frutas. Y los resultados fueron que los participantes que tomaron leche descremada durante su almuerzo se sintieron saciados e ingirieron menos comida. En promedio disminuyeron su ingesta en unas 50 calorías.
Para realizar el trabajo los nutricionistas sometieron a 34 hombres y mujeres con sobrepeso a dos sesiones diferentes de desayunos y almuerzos. En una de las sesiones se les proporcionó leche descremada y en la otra, una cantidad similar de jugos de fruta. Ambas bebidas sumaban a esta primera comida del día una cantidad similar de calorías: 250.