Martes 23 de Junio de 2009 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
Apasionante dúo en el segundo concierto de Armonicus

Ya de por sí el programa aseguraba un concierto de superior jerarquía por el valor de las obras elegidas. Pero cuando se escuchó el inicial tema de la Sonata Opus 12 Nº1 de Beethoven, a cargo del vibrante violín de Clara Cernat y el lenguaje del piano de Thierry Huillet, se recibió un impacto de profunda emoción.

Fue un dúo impecable el que se presentó el sábado en el ciclo de Armonicus, en el Español, concierto auspiciado por Total y la Región de Haute Geronne de Francia. Interpretaron obras de autores franceses como Ravel, Saint-Säens, Massenet y del propio Huillet, que deslumbró con su mensaje musical del siglo XXI.

El dúo que integran Cernat y Huillet en la vida y en el escenario, inició el recital con la primera sonata para violín y piano compuesta por Ludwig Van Beethoven. La expresión sobria del piano hizo que afloraran pasajes de notoria perfección técnica, y tanto el violín como el piano, exhibieron una pulcra elegancia expositiva unida a una cálida y poética expresividad.

Huillet explicó al público las características de cada obra que abordó el dúo antes de la ejecución de cada pieza.

Esta primera parte del concierto concluyó con la hermosa y única sonata para violín y piano que Meurice Ravel escribiera en 1927. El autor, en esta obra, lanza todavía más lejos el sentido de la adaptación instrumental al exagerar y lograr los caracteres incompatibles de los dos instrumentos. El dúo le imprimió una sonoridad amplia y resaltó la gran variedad de matices típicos del lenguaje jazzístico.

Clara Cernat es poseedora de un sonido amplio, pastoso y cálido, que ya había deleitado al público de Neuquén en el 2006 cuando se presentó con la pianista Thérèse Dussaut, en la celebración del "Año Mozart". Thierry Huillet, también sorprendió por su técnica al servicio de la musicalidad y plenitud sonora.

Luego del intervalo interpretaron una de las obras más emblemáticas de Camille Saint Saëns: "La danza macabra". Le siguió una admirable versión violinística de "Meditación" que Jules Massenet escribió en 1894 como interludio de su ópera "Tahís" y una asombrosa versión de la "Rapsodia Nº 12" de Liszt. Luego, el público pudo apreciar una obra escrita por el pianista Thierry Huillet que recurre a varios efectos, sonidos nuevos y crea una atmósfera vanguardista."Sacromonte" evoca la tradición andaluza y fue interpretada brillantemente por el dúo.

A modo de bis, y para agradecer la ovación del público, interpretaron las famosas "czardas" de Monti.

 

JUAN CARLOS TARIFA

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí