"La gente me conoce gracias al periodismo: siempre hablo".

Con estas palabras autorreferenciales Ricardo Caruso Lombardi se define a sí mismo. Pero se queda corto porque además de hablar siempre, habla mucho. Demasiado.

Pero mientras habla, trabaja. Y salva equipos. El sábado pasado rescató a Racing de una Promoción segura. Lo mismo había hecho con Argentinos y Newell´s.

"Yo soy mediático. ¿Y qué? Si a los equipos los dirijo bien, si te hago ganar plata trayendo a jugadores baratos que después vendés por fortunas, ¿qué importa si soy mediático?

Caruso, nacido en las inferiores de Argentinos, nunca jugó en primera división. Siempre lo hizo en el Ascenso metropolitano: Deportivo Italiano, Atlanta, Almagro, Chacarita y Defensores de Belgrano.

Y como entrenador aún estaría allí si no fuera porque Diego Maradona le abrió las puertas de Primera vía Argentinos. Antes de que ese milagro ocurriera había sido técnico de Defensores de Belgrano, Estudiantes de Buenos Aires, Temperley, Platense, El Porvenir, All Boys y Tigre, club al que salvó de irse a la C y terminó ascendiendo a la B Nacional. Pero se fue, luego vino Diego Cagna y el ascenso a Primera.

Después llegó a Argentinos, lo salvó y se fue mal. Luego apareció Newell´s, también lo salvó y se fue mal. Hasta que en febrero apareció Racing, a quién también salvó y del que aún no se fue. En la Academia, Caruso logró lo que nadie después de Mostaza Merlo: que su hinchada ovacione a su DT.

¿Qué le espera a Caruso? Un doble desafío. Ya salvado del descenso y con una temporada completa por delante, el DT tiene la gran chance de devolverle a la Academia su grandeza perdida y devolverlo a los lugares altos. Y él, de ser algo más que el mejor de los de abajo.

JUAN MOCCIARO
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