SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El moderno Hogar Convivir, donde la Justicia aloja a los menores que delinquen, durante la tarde del domingo fue escenario de una rebelión que excedió la autoridad de los celadores e incluso del policía que monta guardia afuera, pese a que en el instituto sólo hay tres menores internados.

Uno de los internos, borracho, rompió vidrios con sus manos, se resistió a los celadores y al agente policial que trató de contenerlo y fue trasladado al Hospital Zonal con heridas en sus manos. Después, otro menor, tomó un cuchillo y mantuvo amenazados a los tres celadores durante algunas horas, lo que obligó a que volviera a intervenir la Policía y al magistrado Martín Lozada, que asumió el domingo como juez de turno.

La investigación que lleva a cabo el juez Lozada determinó que los sucesos se iniciaron "cuando uno de los tres menores allí alojados se encontraba bajo un estado de intoxicación, producto de la ingestión de una bebida alcohólica. Fue entonces que bajo esos efectos rompió con sus puños los vidrios de dos ventanas, lesionándose como consecuencia sus manos. En función de esas heridas se intentó trasladarlo al Hospital Zonal, pese a lo cual el menor ofreció resistencia. Por tal motivo debió intervenir personal policial, con quien el joven se enfrentó, y finalmente logró concretarse el traslado a dicho nosocomio".

De acuerdo a lo informado por testigos de los incidentes, el desgobierno continuó por varias horas en el interior del establecimiento y se potenció cuando otro de los jóvenes internados inició un principio de incendio, se rebeló en contra de los operadores que allí se desempeñan, y los habría amenazado e inmovilizado durante horas esgrimiendo un arma blanca.

"Ingobernabilidad"

El Juez Lozada mencionó en su informe que "la ingobernabilidad de la institución es una constante marcada por las repetidas fugas, lesionados y otros escándalos. Todo eso, pese a ser tan sólo tres los jóvenes que allí se encuentran alojados por disposición de la justicia. "

El grave episodio se produjo mientras el mismo juez Lozada investiga la incitación a la fuga de los internos o su facilitación, por parte de operadores del Hogar Convivir, un espacio donde en pocos meses se repitieron las fugas, incendios, ingresos con alcohol y elementos robados, y hasta el secuestro de uno de sus directores a punta de cuchillo.