creídos, apolíticos, críticos implacables y distantes de la política y los partidos.

Así se presentan la mayoría de alumnos ingresantes  a la carrera de periodismo de la Universidad Nacional del Comahue, que por sus características bien podrían representan el pensamiento de los jóvenes que tienen 18 años en la región y que el próximo domingo sufragarán por primera vez.

Todos los entrevistados coincidieron en presentarse hartos:

* ante la ausencia de ideas en la política y del atosigamiento de imágenes típicas del marketing y

* de ser tratados como consumidores y no como ciudadanos.

"Así nos va: estamos en la decadencia", dijeron todos al contar sus impresiones a horas de los comicios, en Roca. "Nada va a cambiar", aseguran indecisos, a tono con una característica de su generación, ser conservadores.

* "Las próximas elecciones son una muestra más de la poca importancia que tenemos para los partidos políticos. Nos toman el pelo con la poca creatividad y falta de voluntad de solucionar las cosas que evidencian por estos días", sostiene Francisco. Los candidatos avanzan en la campaña, acota, agrediendo a los rivales reduciendo la política a riñas entre ellos, con códigos muy herméticos y mensajes que solo ellos entienden y sólo a ellos les interesa.

Lucas Cornejo admite que "está buscando a un candidato que no me de miedo y menos que me haga odiar a los demás. Espero encontrarlo antes del domingo".

Argumentó de este modo su inquietud cívica actual: "Carrió con Prat Gay; Solá con Macri... parejas que años atrás parecían inverosímiles hoy comparte espacios políticos. En estas elecciones puedo ver, una vez más, como a los argentinos nos une el odio. Los opositores se juntan (o se amontonan) para enfrentar al villano austral que apareció casi por casualidad mientras odiábamos a Menem".

Lucas sigue desarrollando su pensamiento hasta que hace un stop y reitera: "la oposición es un mero amontonamiento de gente que no apoya al kirchnerismo apelando al terror que genera este personaje en gran parte de la sociedad. Pero esta afiliación bajo la bandera del miedo también es utilizada por el oficialismo que vaticina la hecatombe en caso de perder la escribanía parlamentaria".

Si bien es neuquino, este joven toma como caso positivo el de Pino Solanos, en Capital. "Los otros días lo ví en la tele y si bien en buena parte de lo que decía se refería a las falencias de sus rivales, también ocupa un buen tiempo en hablar de su proyecto. No parecía que quería convencer sino que pretendía darnos la oportunidad de ser parte de su proyecto. Y eso me gustó mucho".

* Desfilan las figuras, no las ideas ni los proyectos. La información llega recortada, confusa y fragmentada, muy concentrada en ese monstruo demográfico que es Buenos Aires y que, por esa característica, domina la escena informativa.

Así piensa Beatriz, quien subraya que los políticos "hacen cualquier cosa por un voto". En este sentido rescata lo que dijo Guadalupe, una adolescente  que reconoció que "lo único que sé es por Video Match".

"Esto me dio gracia pero también susto".

* Ninguno logró convencer hasta ahora a César Nicolás pero sabe que puede caer en la tradición argentina: "votar al menos malo".

Un bajón, piensa. "Son muy ´vamos a hacer´ y cuesta creer que algún día vayan a hacer algo", agrega.

* "¿Quiénes son los candidatos? ¿A quién representan? ¿Qué representan? ¿En qué nos beneficia que uno de ellos gane? ¿Qué intereses hay de por medio? Tenemos que tomarnos el trabajito de agarrar papel y lápiz y averiguar las respuestas a estas preguntas".

Quien habla ahora es Paula, que con tono crítico sigue: "Nos quejamos todo el tiempo pero no hacemos nada". No hay activismo social, no hay compromisos, no se transforman las críticas en ideas en acción, sigue Paula. "Todos estamos cómodos en nuestras casas", mientras podamos estar cómodos en nuestra casa...sostiene.

"Yo me tomé el trabajito de averiguar con papel y lápiz en mano y ya sé a quién voy a votar. Pero es cierto: por lo que veo en mi entorno a casi nadie le interesa ir a votar. Una pena: así jamás vamos a crecer como país".

* "Jóvenes que no quieren saber donde les toca votar y mayores que se alegran de estar excentos de la obligación del sufragio: el descreimiento reina a mi alrededor", admite Nancy. Cómo se sale de esto, consulta.

* Alba me deslumbró con su claridad al analizar este momento: "la ciudadanía no se traga eso del compromiso y la dedicación que tanto prodigan los candidatos al Parlamento en busca de un voto. La escasez de proyectos significativos que logren cambiar el rumbo político es notoria. Es quizás esta desidia política la que nos impide interesarnos por tan importante logro democrático y meter a todos enla misma bolsa. Porque el común de la gente sabemos que los políticos responden a sus propios intereses: de poder, de trascendencia histórica, ecónómicos y otros quizás oscuros".

"Tan despegados están de la realidad del barrio, de la ciudad y hasta de la provincia que ni siquiera se han sentado a debatir o consensuar sus plataformas públicamente".

* Alguna vez pedimos que se vayan todos y después todos ellos volvieron como si nada. "Y ahora, dice Daniel, conversando con mi padre que tiene 76 años vemos que los políticos, en esta campaña, apuntan solo a redistribuir el poder político".

Siempre los mismos para lo mismo.

UN BAJON, dicen los jóvenes de la región. Que irán a votar este domingo solo para no tener problemas de ilegalidad con el Estado. Porque de cambiar el presente y el futuro, NADA DE NADA.

POR HORACIO LARA (hlara@rionegro.com.ar)