Miles de vendedores de libros, editores y autores se reunieron recientemente en la BookExpo America, la convención anual de la industria del libro. En medio de las discusiones sobre el rápido crecimiento de la venta de los mecanismos digitales hubo también decepción, y cierta confesión, por la relativa lentitud de las ventas de material en español en cualquier formato.
Los editores han observado con interés durante años el mercado hispano, que en el 2000 fue considerado en la BookExpo como una gran promesa. La población hispana en Estados Unidos totaliza por lo menos 45 millones de personas, según la Oficina del Censo.
Pero las ventas en idioma español siguen reducidas y esporádicas. Un puñado de libros _traducciones de éxitos editoriales como la serie de ``Harry Potter'' y ``El código da Vinci''_ podría vender cientos de miles de ejemplares.
Pero una obra en español es afortunada si vende más de 10.000, según Carolyn Reidy, directora general de Simon & Schuster. Y el mercado de los e-book para títulos en español es casi inexistente, dijeron los editores.
Brian Murray, director general de HarperCollins que dejó de editar libros en español durante una reciente serie de despido de personal, dijo que la editorial mantendrá un compás de espera en ese mercado hasta que mejore la economía.
Aunque Simon & Schuster tuvo éxito con la traducción de ``The Secret'', de Rhonda Byrne, dijo que el mercado ``todavía no se ha consolidado''. Los editores no están seguros de las soluciones ni de las causas. Debaten la necesidad o la posibilidad de que aparezca un libro de impacto como ``Waiting to Exhale'', de Terry McMillan, que vendió millones de ejemplares en la década pasada e hizo ver a la industria la magnitud del mercado afroamericano. Y se preguntan si los inmigrantes están más interesados en aprender inglés que leer en español.