Otro miedo que se ha instalado con fuerza en los últimos años, según Pacho O´Donnell, implica la percepción de que no hay futuro. "Tiene que ver con el fracaso de lo que era el ideal de la modernidad. La confianza en la ciencia o en la razón que iban a erosionar lo religioso, una forma supersticiosa de explicar lo que la ciencia iba a develar y conjurar".
"De pronto el futuro se perfila inquietante, con desastres nucleares, con zombies clonados o manipulaciones genéticas -temores llevados al cine- , en un clima que cada vez se torna más amenazante. El futuro ha perdido lo que tenía de promisorio", recalca O´Donnell.
Algunos miedos se encadenan, dependen unos de otros, se potencian. "Sería el caso del miedo al sufrimiento tomado como si sufrir fuera malo, llevado a un extremo. La drogadicción tiene algo que ver con eso, la idea de crearte un mundo sin sufrimiento", reflexiona O´Donnell.
"La conjura del sufrimiento -insiste- se da a través de mecanismos falsos como comprar de manera compulsiva, una forma de instalar una idea de felicidad falsa".
Esa enajenación del ser humano, considera el escritor, "lleva a una falsa autosuficiencia: yo sólo puedo. Una afirmación que esconde el miedo a no ser amado que también es aprovechado comercialmente. Ponerse un desodorante determinado te lleva a conseguir novio, amigos...".
Un promotor de esta cultura que actúa como una especie de prótesis "es la televisión, que cumple una función muy importante en aumentar la falta de cultura, la frivolidad, la ausencia de estímulo real. El entretenimiento ha reemplazado a la cultura", sentencia O´Donnell. (Télam).