"Mi mamá siempre decía que alguien de la familia tenía que quedar con el don que ella tenía, y por eso le prometí que iba tratar de que la gente la recordara continuando con lo que ella me enseñó, porque ella ponía todo su amor en los tejidos que creaba", cuenta Beatriz Huinca, una de las hija de Sofía, la conocida y querida tejedora que falleció hace cuatro meses y que el jueves recibió un homenaje de la municipalidad por su trayectoria como artesana.
Beatriz tiene 32 años y junto a su hermana Marta, de 38, comenzó de niña a ayudar a Sofía "abriendo" la lana que luego se hilaba para empezar a trabajar en el telar.
"Mis hijas siguieron haciendo esto para acompañar a su abuela, así que la imagen de mi mamá junto al huso que utilizaba para hilar trabajando con alguna hija o nieta cerca, que se ocupaba de separar los vellones de lana ´sucia´ hasta dejarla impecable, es una de las que me van a quedar grabadas en la memoria para toda la vida", se emociona la mujer.
La reconocida tejedora llegó a la localidad desde Laguna Méndez, un pequeño paraje cercano a Ramos Mexía, en el que nació al igual que sus hermanos.
"Ella me contaba que aprendió a tejer mirando a mi abuela Martina, y que la primera matra que hizo fue para proteger del frío el recado del caballo que usaba uno de sus hermanos para realizar las recorridas por el campo", explica Beatriz.
Con el tiempo, la tejedora se trasladó a Valcheta, donde nacieron sus ocho hijos. Su habilidad para trabajar y crear en el telar fue la herramienta con la que enfrentó las duras épocas por las que atravesó la familia.
"Primero cambiaba sus trabajos por comida o combustible, o lo que se necesitara para ayudar a mi papá, que llegó acá sin trabajo. Después sí, con los años, llegaron las clases de telar y su reconocimiento como artesana en las sucesivas Fiestas de la Matra", recuerda Huinca. (ASA)