ALLEN (AA).- Un espectacular accidente de tránsito ocurrió ayer por la tarde en la Ruta 65 a la altura de Guerrico. Un carro metálico se desenganchó de una camioneta y terminó incrustándose contra el frente de un auto, en el que viajaban cuatro fieles de una iglesia de Cipolletti, quienes salvaron sus vidas milagrosamente. Pese a la violencia del impacto, sólo hubo que lamentar daños materiales y heridas leves.
El accidente se produjo minutos después de las 15, a unos 200 metros del "cruce de Verani" en dirección al este. Una camioneta Ford F 100, conducida por Miguel Bohner, que se dirigía hacia Cipolletti, sufrió el desprendimiento de un pesado carro playo de un eje. Totalmente descontrolado, el carro siguió por la cinta asfáltica hasta colisionar contra un Renault Mégane que se trasladaba hacia Roca. El auto era manejado por el pastor Luis Bowen, quien viajaba acompañado por su hija Belén y por Gustavo Sáez, de Cipolletti, y Pedro Monasterio, de Allen. Los ocupantes del Mégane tenían como destino asistir a una misión religiosa en alcaidía de Roca.
Como consecuencia del impacto el Mégane quedó destrozado en la parte frontal. La lanza del carro ingresó por el parabrisas y el auto fue a parar a la banquina norte. El sistema de doble airbag del coche se activó tras la colisión, amortiguando el impacto.
Una decena de bomberos de Roca trabajó arduamente para asistir a las víctimas. Belén Bowen y Gustavo Sáez fueron trasladados al hospital de Allen con traumatismos leves, mientras que Bowen y Monasterio resultaron ilesos. El conductor de la F100 y su acompañante, Oscar Painebil, ambos de Roca, no revistieron lesiones.
Estiman que el carro no llevaba colocada la cadena de seguridad.