La definición de bandera que nos da el diccionario indica que una bandera es un paño, un trozo de tela que generalmente tiene forma rectangular y que se usa como señal de una nación, una ciudad o una institución. Identifica, distingue, ubica, crea presencia, porta mensajes. Acompaña a la hinchada de un club, a los pibes de la murga del barrio, a todos aquellos que salgan a la calle a decir “aquí estamos, estos somos nosotros”.
El 20 de junio es el día de la bandera argentina y por eso RN On Line conversó con Adolfo Mario Golman, un apasionado investigador de nuestro pabellón nacional y autor del libro "Enigmas sobre las primeras banderas argentinas".
“Una bandera es el símbolo máximo de soberanía de un país. Su diseño y disposición de colores permite identificarla como propia y, a su vez, distinguirse de otras naciones, mucho más que por el idioma o la moneda” aclaró.
Sin embargo en torno a la nuestra existen una serie de incógnitas y la principal es que la primigenia bandera nacional habría sido diferente de la actual. Durante casi cuatro años Golman investigó el tema en nuestro país y también viajó a Bolivia recorriendo Potosí, Sucre, Macha y Santa Cruz de la Sierra:
“En una carta escrita el 27 de febrero de 1812, Manuel Belgrano le informaba al Gobierno Ejecutivo que siéndole preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la había mandado hacer "blanca y celeste" conforme a los colores de la escarapela nacional.
Ésta, decretada pocos días antes por el Triunvirato, a instancias del mismo Belgrano, era "blanca y azul-celeste". Nótese que en ambas expresiones encomilladas, primero se cita al "blanco", como color principal, y luego al "celeste o azul-celeste". Vale aclarar que "celeste" y "azul-celeste" son sinónimos, es el color del cielo, más claro, en un día despejado. El color principal de que se forma una bandera es el primero que se enuncia en la locución. Es la forma lógica impuesta por la construcción gramatical”
¿Cómo fue, entonces, esa primera escarapela?
La respuesta la encontramos en retratos de la época, donde el adorno es de forma circular, asemejando un anillo exterior blanco, más grande, y un centro celeste. Hay más blanco que celeste ocupando la superficie de la tela de la escarapela. Por lo tanto, si Belgrano mandó a hacer la primigenia enseña nacional blanca y celeste, conforme a la primera escarapela, resulta razonable pensar que en ese primer pabellón el blanco ocupó más superficie que el celeste, permitiendo imaginar una enseña de tres franjas horizontales, blanca a los extremos y celeste al medio. Un ejemplar con ese diseño se conserva en el Museo Histórico "Casa de la Libertad", de la ciudad de Sucre, República de Bolivia.
¿Qué otros enigmas encontraste a lo largo de tu trabajo?
Hay varios, de los que resalto dos. Uno, es que Belgrano habría ideado dos modelos de banderas "blancas y celestes". El primero, que presentó en Rosario -en febrero de 1812- y en Jujuy -en el siguiente mayo-, al que llamó "Bandera Nacional". Un segundo diseño, blanco sobre celeste, identificado como "bandera del Ejército", que comenzó a utilizar desde febrero de 1813 y con uso restringido a las armas de la Nación.
Otro interrogante, refiere a que el modelo del actual pabellón argentino, de tres franjas horizontales celeste a los costados y blanca a medio (al que llamamos comúnmente celeste y blanco) habría tenido su origen en la ciudad de Buenos Aires hacia fines de mayo de 1812. Este pabellón representará, luego de instalada la Soberana Asamblea del año XIII, a las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy República Argentina) y su uso se generalizará a todo el territorio nacional, que por entonces incluía al Alto Perú (hoy Bolivia).
¿Por qué celebramos el día de la bandera el 20 de junio si Belgrano la enarboló por primera vez el 27 de febrero de 1812?
En 1938, por ley 12.361, se dispuso que el "Día de la Bandera" se conmemorase en los aniversarios del fallecimiento de Manuel Belgrano, en lugar de hacerlo recordando el primer izamiento, generando esta decisión oficial que el 27 de febrero pasara normalmente desapercibido. Por ello, no resultaría irrespetuoso reclamar que el 27 de febrero se celebrara el "día de la Bandera" y todos los 20 de junio se recordara puntualmente la encomiable trayectoria de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, uno de los Padres de la Patria.
¿Es verdad que hasta los años treinta Belgrano fue considerado el padre de la patria y se lo sustituyó por San Martín? ¿Por qué? ¿Influyó el hecho de que no era militar de carrera?
A mi entender, no hay un único Padre de la Patria, sino varios. La elección dependerá de lo que personalmente uno conozca -y se preocupe por profundizar-, de la trayectoria de cada prócer. Para mí no podrían faltar Belgrano, San Martín y Güemes. Tampoco olvidar, en especial los patagónicos, a Francisco P. Moreno y Luis Piedrabuena.
¿Cuál es el principal legado de Belgrano?
Su incontenible amor a la Patria. Quisiera destacar algo sobre su modo de pensar para que el lector lo reflexione. En carta a Bernardino Rivadavia desde Jujuy,
el 15 de abril de 1813, Belgrano escribía: "Nadie me separará de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la Patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses..."
¿Coincidís en que esta fecha pasa casi inadvertida para la población sobre todo este año en que el feriado se adelantó cinco días?
Es probable que el adelantamiento de 5 días haya hecho olvidar un poco el tema. Tengamos presente que la realidad no mata al idealista, lo educa. Pretender, quizá, que el 20 de junio y el 17 de agosto sean feriados inamovibles resulta algo utópico en la argentina actual.
Natalia López
natalial@rionegro.com.ar