El US Open tiene un desarrollo atípico. La lluvia obligó a suspender la jornada inaugural y recién se completó ayer en un terreno que no es el más idóneo para la práctica del golf.
Los organizadores ya consideran la posibilidad de que el torneo concluya el lunes, tal como pasara el año anterior, con el desempate entre Tiger Woods y Rocco Mediate, o en 1983, cuando se desató una tormenta a cinco hoyos del final.
En medio de esa movida, los argentinos tuvieron flojas actuaciones. Ángel Cabrera había registrado par el jueves, pero ayer su producción cayó y quedó en 74 golpes. Totalizó seis bogeys y dos birdies.
Andrés Romero fue el que mejor cerró y terminó la vuelta con 73 impactos, menos 3, producto de tres birdies, cuatro bogeys y un doble bogey. Mientras, Eduardo Romero, muy lejos, con 76 impactos (+ 6).