Viernes 19 de Junio de 2009 Edicion impresa pag. 28 > Internacionales
La clase media se suma a la protesta en varias ciudades de Irán
Masiva marcha hasta la sede de la ONU exigiendo otra votación

TEHERÁN (AP/DPA).- Ya no son sólo los jóvenes y chicos ricos con ideas liberales: familias enteras, conductores de taxis y hasta mujeres conservadoras con velos en el rostro están saliendo a las calles para protestar contra el gobierno iraní.

Lo que quieren es sencillo: que su voto cuente y ser oídos. Lo que no está claro es qué tan lejos están dispuestos a llegar para cumplir ese objetivo.

En el sexto día consecutivo de masivas protestas, cientos de miles de simpatizantes de la oposición se congregaron frente a la sede de la ONU en Teherán para volver a pedir que se anulen las elecciones. "ONU, ¿dónde están?", rezaban las pancartas de los manifestantes, que marcharon vestidos de negro por la jornada de luto convocada por el líder opositor, Mir Hossein Mousavi, por la muerte de personas en las marchas de los últimos días. La siguiente protesta será mañana.

Es demasiado pronto para decir si las marchas callejeras darán lugar a un movimiento político fuerte encabezado por Mousavi. Y varios analistas expresan dudas acerca del compromiso de la gente con la protesta.

Pero una cosa es innegable: en Teherán y otras ciudades, los partidarios de Mousavi -mayormente de clase media y alta- están enviando un claro mensaje. "Nosotros queremos hacernos valer. Mousavi sí defiende nuestros votos", afirmó Saham Boorghani, de 26 años, editora del portal de internet reformista Diplomacia Iraní.

Pero el líder opositor está captando las simpatías de un sector mucho más amplio, que abarca desde empleados del gobierno hasta empleados de hotel.

La última vez que surgió un movimiento opositor tan grande en Irán fue hace una década, cuando una redada en una universidad de Teherán desató seis días de protestas. El movimiento estudiantil se terminó diluyendo.

Esta vez, la clase media también se está volcando a las calles, lo mismo que sectores conservadores. Con el rostro cubierto por un velo negro, Saman Qahremani, de 21 años, dijo que quería dejarle saber al gobierno que iraníes de todos los sectores están muy molestos con la forma en que se manejaron los resultados de las elecciones presidenciales.

"Cuando me enteré del resultado, sentí odio. Nos engañaron´´, expresó Qahremani. "Si no cuentan los votos de la gente, Irán dejará de ser una república y pasará a ser una monarquía´´.

Reza Hosseini, empleada municipal de 37 años, aclamó a Mousavi cuando pasó en una caravana rumbo a un acto. "Voté por Mousavi en la esperanza de una vida mejor, de tener mayor libertad y seguridad´´, manifestó Hosseini. "Toda la gente que conozco votó por Mousavi".

Cerca suyo, un chofer de taxi gritó por la ventana: "¡Súmense (a la protesta)! No miren, adhiéranse!". Una pareja de ancianos caminaba tomada de la mano, con banderines verdes, el color del partido de Mousavi. Un grupo de adolescentes con pañuelos verdes hizo la V de la victoria. "Vine a decirle al gobierno que no soy estúpido", afirmó Amir Ebrahimi.

Hay manifestaciones en todo el país. Miles salieron a la calle en Isfahan, centro, en Mashhad, al noreste, y en Shiraz, al sur.

La elección no es lo único que le molesta a la gente. También quiere mayores libertades personales y mejorar la economía y la imagen internacional del país. Dicen que Ahmadinejad le dio mala fama a Irán en el exterior.

Bahman, estudiante de mecánica de 20 años, no cree que la gente resista mucho. "La gente se siente sola y el gobierno tiene todo el poder´´, manifestó.

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