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Jugar en el horror | ||
"El fútbol te pone a veces en una situación en la que parece que el mundo te pasa por el costado, que no ves nada", explica Maximiliano mientras revuelve el cortado y escudriña a su alrededor. Bevacqua cuenta sus días en Almagro, cuando el equipo del "Tata" Brown entrenaba en la ESMA y se bañaban en el mismo edificio donde el horror ganó por goleada durante años. -Fue en la temporada 2000-2001, ¿vos tenías conciencia de lo que había ocurrido allí en la dictadura? -No, y mis compañeros tampoco. Muchas veces el fútbol te hace ver la realidad de costado, no tomás conciencia, vivís semana a semana, sin pensar en otra cosa que en tu actualidad y en los goles que tenés que meter. Después comencé a informarme, no lo podía creer. -¿Qué te acordás del lugar? -Que era horrible, que nos bañábamos con un hilito de agua fría. Eso le pasa comunmente a los clubes chicos cuando ascienden. Les lleva mucho tiempo entender cómo trabajar para estar en lo más alto, para no caer rápido. -Eso sucede acá en la región mucho. -Pero cuando yo me fui no era así. Cipolletti, por ejemplo, era un club muy fuerte. Lo primero que me viene a la memoria es las goleadas que recibíamos (hizo inferiores en la Unión Deportiva Catriel y en 20 de Junio) de Cipo. Yo te digo, siempre quise jugar con esa camiseta. -Puede ser en unos años. -Sería increíble terminar mi carrera jugando en Cipolletti, haciendo goles en La Visera. La verdad, siempre fue uno de mis sueños. | ||
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