Vaya paradoja. La vida interior de Independiente es el infierno mismo. El Diablo Rojo de Avellaneda transita una crisis acumulada en años de errores y contradicciones, de proyectos frustrados, de entrenadores sin rumbo y jugadores sin alma. Ni hablar del mentado paladar negro. Independiente todo está rojo, pero de furia.
Ayer, la hoguera ganó en intensidad. Daniel Montenegro le contestó al presidente del club, Julio Comparada, que había criticado el juego del equipo, al señalar que "si no le gusta lo que hacen los jugadores, que apague la televisión y listo", dijo el Rolfi habló al cabo del entrenamiento en Villa Domínico.
"Cuando firmo un contrato gano lo que el presidente dice y puede ser un error de él haber firmado que uno iba a cobrar esa plata". "Si Comparada no quiere ver cómo jugamos, hay un botón rojo que apaga la televisión y listo, o de lo contrario que vaya a la cancha y no nos mire", apuntó.
De todas maneras, de inmediato Montenegro intentó suavizar sus dichos. "La verdad que decir estas cosas desde ambos lados queda un poco desubicado, porque es como echarle más leña al fuego a esto y lo convierte en una caldera. En estos momentos tenemos que tirar todos para el mismo lado y terminar dignamente el campeonato, porque hay un clásico y lo queremos ganar", destacó.
Sin embargo, ntes de despedirse, el Rolfi volvió a direccionar los cañones. "Ya lo he dicho antes, nosotros nos hacemos cargo de lo que pasa adentro del campo de juego, pero hay gente que tiene que hacerse cargo de lo que pasa afuera. Es la realidad y es lo que marca si una institución está bien o no¨.
