ATENAS (DPA).- "He visto a gente llorando de alegría cuando pisaba el nuevo Museo de la Acrópolis", afirma un guardia un día antes de la inauguración festiva del centro, mañana. Hasta ahora han sido pocos. Sólo periodistas griegos, arqueólogos y arquitectos han podido visitar antes de su apertura el museo.
"Un sueño se hace realidad. Estamos emocionados", señaló una joven arquitecta que trabaja desde hace años en la Acrópolis. Lo único negativo es que parte de los frisos del Partenón sigue en el Museo Británico en Londres.
Atenas celebrará con todo mañana por la tarde y transmitirá las imágenes de la fiesta a todo el mundo. Han sido invitados al acto jefes de Estado y de gobierno de al menos 20 países de Europa y de la región del Mediterráneo.
El nuevo edificio a los pies de la Acrópolis tiene tres pisos y una superficie de 25.000 metros cuadrados. Desde el techo el visitante tiene una vista panorámica de la ciudad hasta el mar.
La construcción del museo de acero y cristal duró más de 11 años. Desde el edificio se puede ver la Acrópolis, pero también los cimientos del propio museo.
Las columnas del museo se apoyan en excavaciones de paredes de viviendas de la Antigüedad hasta el siglo XIII. Los planes fueron diseñados por el arquitecto suizo Bernard Tschumi. El primer piso sorprende al visitante, porque decenas de estatuas salen a su paso sin acordonamientos, rejas ni protección de cristales, como si fuesen personas vivas. "Aquí la Antigüedad se ve de cerca", afirmó un visitante.