Jueves 18 de Junio de 2009 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
Una noche de terror racista en Irlanda del Norte
Atacan a comunidad rumana, que debió refugiarse en una iglesia. La intolerancia racial reemplaza a la religiosa, en medio de la crisis.

BELFAST (Télam/AFP).- Las calles de la capital de Irlanda del Norte parecían haber olvidado ya las noches de fuego y violencia, desde el avance del proceso de paz en el Ulster. Pero esa vez no fueron los enfrentamientos callejeros entre católicos y protestantes los que sacudieron a la ciudad, sino la violencia racista. Unos 115 inmigrantes rumanos, entre ellos una niña de cinco años, debieron refugiarse en una iglesia luego de escapar de sus domicilios debido a los ataques de la comunidad local.

La fuerzas de policía ayudaron a las familias a instalarse en la iglesia y asociaciones de voluntarios les proporcionaron mantas y víveres.

El grupo de unas 20 familias relató ayer cómo debió escapar de sus viviendas en la zona de Lisburn Road, por haber sufrido ataques racistas que comenzaron hace una semana pero que se agravaron seriamente anoche.

El clima de tensión escaló tras una marcha contra el racismo organizada el lunes, cuando sufrieron ataques por parte de jóvenes que les tiraban botellas haciendo el saludo nazi. Anna Lo, miembro del Partido de la Alianza del sur de Belfast, declaró que las familias están "muy asustadas", y confirmó que los ataques incluían pedradas a las casas de los rumanos, amenazas de muerte e intimidaciones diarias.

El viceprimer ministro de Irlanda del Norte, Martin McGuinness, repudió los ataques y llamó a "hacer un esfuerzo colectivo para desterrar a los criminales de la sociedad, quienes tienen la clara intención de atacar a mujeres y niños vulnerables".

Por su parte, las autoridades de la ciudad realizarán hoy una reunión de emergencia para asistir a las familias rumanas, informó la agencia de noticias Ansa. Bernie Kelly, del grupo Belfast Health and Social Care Trust, afirmó que los ataques racistas "fueron experiencias muy traumáticas". "La situación ha escalado muy rápido. Vamos a trabajar con la Policía y con otras agencias sociales para hallar una solución", agregó.

Según la BBC, en algunas partes de Belfast el racismo se convirtió en el nuevo sectarismo. En un principio grupos paramilitares unionistas habían sido acusados por la violencia racista contra los rumanos, pero esa versión fue desmentida. Irlanda del Norte, al igual que Gran Bretaña y Europa en general, se ha visto muy afectada por la crisis económica internacional, que ha generado un aumento del desempleo. De la mano de la crisis, han aumentado su influencia los partidos xenófobos, que culpan a los inmigrantes (cuya tasa de desocupación es más alta que la de los nacionales) de la falta de puestos y de acciones delictivas.

Una de las mujeres rumanas afectadas, que prefirió no dar su nombre, dijo que tras las amenazas de muerte quiere regresar a su país. "Sólo quiero volver a casa ahora", dijo una madre que prefirió mantener el anonimato. "Me siento muy mal porque no tengo casa ahora, tengo un bebé y no es bueno. Ya no me siento bien", explicó.

Malcolm Morgan, pastor de la iglesia que refugió a los rumanos, declaró que el país debe mostrar otra faceta "más humana" de Irlanda del Norte. "Los problemas se multiplicaron en los últimos días", explicó Morgan. Fueron atacados con piedras y sus ventanas fueron destrozadas. Son un grupo de delincuentes racistas", agregó.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí