NEUQUÉN (AN).- El gobierno provincial busca que desde Nación se financie la remodelación de la torre de control del principal aeropuerto de la provincia: el aeropuerto Internacional Juan Domingo Perón de esta ciudad. A este proyecto se suman además una serie de obras de menor envergadura que se espera sean financiadas por la concesionaria de la estación, Aeropuertos del Neuquén SA, en la renovación del contrato que deberá sellarse en pocas semanas.

"Ya terminamos el proyecto ejecutivo para la remodelación integral de la torre de control, que se ampliará en servicios y en superficie", aseguró el subsecretario de Servicios Públicos de la provincia, Luis Acuña, a la vez que detalló que "si bien estamos en condiciones de poder abrir la licitación antes de fin de año lo que buscamos es una financiación especial porque se trata de una obra que demandará cerca de dos millones de pesos".

Acuña advirtió que para ello se buscará acceder a una línea de financiamiento especial de Nación para aeropuertos, por medio de la cual se espera también poder concretar una serie de mejoras y la adquisición de nuevos equipos para el aeropuerto de Chapelco.

El funcionario adelantó que en el caso del principal aeropuerto provincial "esperamos poder acordar varias mejoras en la renovación de la concesión que estamos tratando desde hace un tiempo con la firma Aeropuertos del Neuquén".

Entre las obras que la provincia podría exigirle a la concesionaria en función de un nuevo contrato de gerenciamiento por cinco años se encuentran la adquisición de una manga para mejorar acceso y descenso de los pasajeros de los aviones.

Acuña se refirió ayer a las mejoras que se buscan introducir en el aeropuerto neuquino durante la presentación del nuevo avión que Aerolíneas Argentinas acaba de sumar a su flota.

Ayer al mediodía aterrizó en el aeropuerto capitalino el primer avión que en 17 años adquiere la empresa Aerolíneas Argentinas. Se trata de un Boeing 737-700, y es una de las dos naves que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner entregó a la compañía la semana pasada y a la que en los próximos meses se sumarán una decena más mediante la operatoria de leasing.

Bajo la matrícula de LV-BYY la nave posee 12 butacas de clase business y 116 de clase turista, tiene una autonomía de 6.000 kilómetros, que le permite volar por más de siete horas, su altura máxima de crucero es de 41.000 pies y su velocidad máxima es de 0.82 Mach.