Jueves 18 de Junio de 2009 Edicion impresa pag. 22 > Internacionales
Opositores desafían la represión y eluden la censura
Miles de estudiantes, intelectuales y hasta jugadores de la selección de fútbol se las ingenian para denunciar fraude electoral. El líder opositor Mousavi convocó a una marcha hoy.

TEHERÁN (DPA/Télam).- La oposición en Irán se mantiene firme: pese a la violencia estatal de los últimos días, más de 100.00 personas volvieron a salir a la calle, por quinto día consecutivo, en la capital Teherán, para exigir la anulación de la reelección de Mahmoud Ahmadinejad como presidente.

El líder opositor iraní, Mir Hossein Mousavi, lanzó otro audaz desafío al líder supremo y al gobierno clerical, al convocar para hoy a una gran marcha y a seguir movilizados hasta que se celebren nuevas elecciones.

Sin embargo, volvió a llamar a la calma, al igual que hiciera el martes el ayatolá Ali Khamenei, que accedió al recuento de una parte de los votos.

Los manifestantes, vestidos de negro y verde -verde como color de la oposición y negro en signo de luto por los al menos cinco muertos en las protestas en los últimos días-, bloquearon calles y plazas el centro de la capital, informaron testigos.

Los testigos hablaron de más de 100.000 manifestantes, aunque es difícil ofrecer cifras fiables debido al veto informativo ordenado para los medios extranjeros. Sin embargo, distintos referentes se las han arreglado para eludir el cerco informativo.

De momento no se conocieron informaciones sobre graves incidentes entre manifestantes y las fuerzas del orden.

La oposición asegura que crece cada día el apoyo de la oposición iraní a su causa. La gente daba ayer agua mineral a los manifestantes, mientras la premio Nobel de la Paz, Shirin Ebadi, y algunos jugadores de la selección nacional de fútbol, que jugaron un partido de calificación para el Mundial en Corea del Sur llevando brazaletes verdes, se unieron al campo de Mousavi.

Los coordinadores de las protestas, que son quienes informan a los medios tras la censura gubernamental para cubrir esos actos, llamaron a no proclamar eslóganes que insulten al presidente Ahmadinejad para evitar las provocaciones y la violencia.

En los medios estatales se publicaron sobre todo imágenes que muestran autobuses y neumáticos en llamas. Mousavi acusó al gobierno de intolerancia por evitar el trabajo de los medios y convocó también actos de duelo por los fallecidos en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en los últimos días. Hasta ahora se habla de siete muertos.

Mientras, el presidente estadounidense, Barack Obama, se mostró más reservado en sus críticas que otros mandatarios occidentales como el francés Nicolas Sarkozy. Según dijo a la emisora CNBC, para él la diferencia entre Ahmadinejad y Mousavi no están grande como se había imaginado, pues su país tendrá que tratar con un sistema históricamente enemigo de Estados Unidos.

La mayor protesta en el país desde la Revolución Islámica de 1979 se extendió mientras tanto a otras ciudades del país. "Nos manifestamos pacíficamente y todo lo que queremos es la anulación de los comicios y la celebración de nuevas elecciones sin fraude", dijo Mousavi antes de las manifestaciones, al mismo tiempo que condenó la violencia contra sus seguidores y las detenciones.

Opositores se sirvieron de servicios de Internet como Twitter y YouTube para intercambiar imágenes e información. Twitter pospuso sus trabajos de mantenimiento por petición del gobierno estadounidense, para no obstaculizar el flujo de información entre los opositores iraníes. Mientras, la red telefónica continuó cortada por momentos y los Guardianes de la Revolución ordenaron a gestores de páginas web que no difundan información que "genere tensiones".

Mientras, el presidente Mahmoud Ahmadinejad sostuvo que los resultados de las elecciones suponen una aprobación de la gestión del gobierno. "De hecho, la elección fue un referéndum de 40 millones de personas a favor del sistema islámico en Irán", dijo Ahmadinejad durante una reunión del gabinete.

Además, Irán citó a los embajadores del Reino Unido, la República Checa, Alemania, Italia y Holanda para exigirles que respeten los resultados y dejen de hacer "comentarios hostiles".

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