Jueves 18 de Junio de 2009 Edicion impresa pag. 22 > Internacionales
La frialdad de Washington

En las calles de Teherán fluye la sangre de los manifestantes, el régimen de los mulás muestra los músculos y el mundo está unido en las protestas. Sin embargo, mientras el presidente estadounidense Barack Obama se muestra "profundamente preocupado" por los sucesos en Irán, su par francés Nicolas Sarkozy denuncia "atrocidades" al hablar de los comicios presidenciales.

Los conservadores estadounidenses desaprueban la actitud de Obama y ven confirmada su sospecha de que no es lo suficientemente duro ni experimentado para enfrentarse al malvado mundo de ahí fuera. Otros ven el reservado tono de Washington con comprensión y, al final, como una jugada inteligente.

La Casa Blanca intenta manifestar su rechazo sin torpedear el esperado diálogo sobre el programa atómico iraní o el terrorismo. Si aumenta su injerencia, EE.UU. corre el peligro de ser acusado propagandísticamente de imperialista. Ayer, Obama señaló que, para él, la diferencia entre Ahmadinejad y el opositor Mousavi no es tan grande como se imagina.

Sabe Obama que Mousavi no sería necesariamente más flexible que Ahmadinejad. El nuevo equipo de la Casa Blanca parece reaccionar con frialdad tecnocrática al problema iraní. Washington esperaba otro tono si Mousavi gana los comicios -"sin la maldad de Ahmadinejad". Pero al final le quedó claro a Washington que no es el presidente quien tira de los hilos políticos en el país sino el ayatollah Khamenei, que goza de potestades casi ilimitadas. Desde ahí, la dirección del gobierno de Obama estuvo clara: seguir buscando el diálogo con el régimen. (AFP)

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