Lunes 15 de Junio de 2009 Edicion impresa pag. 16 > Internacionales
Una dinámica peligrosa para el país

Las acusaciones de manipulación que empañaron la reelección del presidente iraní conservador, Mahmoud Ahmadinejad, y los posteriores disturbios y arrestos de reformistas constituyen una dinámica política peligrosa para Irán, señalaron analistas.

"No esperaba que se ignorasen las expectativas de la población y se proclamara un presidente de esta manera", declaró el analista político Sadegh Zibakalam. Según Zibakalam, las autoridades "deberían haber sido más prudentes, y el guía supremo Ali Khamenei podría haber pedido un control de los resultados".

Pero la máxima autoridad del Estado, que apoyaba más o menos explícitamente a Ahmadinejad antes de la cita electoral, saludó su reelección como "una gran fiesta".

El ex consejero del presidente reformista Mohamad Khatami, Mohamad Ali Abtahi, no tiene ninguna duda de que la elección "fue amañada", y según él "se pueden encontrar pruebas".

Según el analista reformador Said Leylaz, la impresión de muchos iraníes de que su voto ha sido ignorado tendrá muchas consecuencias en la legitimidad de futuras elecciones. "Ahora, el término ´trampa´ ha entrado en el vocabulario político del país", y "algunos se preguntan para qué sirve elegir a un presidente", explica.

Paradójicamente, esta victoria podría debilitar la posición del presidente incluso entre los conservadores, que habían acallado críticas en nombre de la unidad. Para Leylaz, "el gobierno de Ahmadinejad estará debilitado en el plano interior y externo", y teme que por ello "Irán esté más aislado y sea quizá más agresivo". El analista pronostica que los disturbios pasarán, "pero habrá un clima de desesperanza que se expresará en otros ámbitos". (AFP)

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