| | | | | | Click para ver más fotos | | Ciudadano del mundo y observador incansable de la realidad argentina, Pinti sigue desmenuzando con humor la historia nacional. | | | Enrique Pinti (1939), humorista, actor y dramaturgo, en los 70 escribió los guiones de la recordada historieta "El Mono Relojero", dibujada por Daniel Branca y publicada por la revista Billiken. A comienzos de los 80 colaboró con "Caras y Caretas". Como humorista, su trabajo se centra en los monólogos políticos e históricos, en un castellano bien directo, salpicado de improperios y adjetivos certeros para ilustrar notorios casos de inmoralidad y corrupción. Hoy escribe para "La Nación" y la revista "Noticias", y es columnista en "Magdalena Tempranísimo", en Radio Continental. "La verdad es que pertenezco a una categoría de seres muy privilegiados que hacen lo que quieren y encima les pagan. Realmente es mucho más fácil llevar la carga. El problema de todo lo que nos ocurre es para la gente que está desposeída, desclasada, marginada, excluida o que ha visto, de alguna manera, mermar sus ingresos. No sólo los económicos, si no también los gustos que puede darse, sus distracciones? Esa es la mayoría de la gente de nuestro país, la que está sufriendo y a ellos habría que preguntarles de dónde la sacan." "Yo la fuerza la saco de hacer lo que quiero, me va bien y porque en medio de todas las debacles habidas en nuestra República Argentina, siempre -en los últimos treinta años- he podido emerger y tener una satisfacción interna, más allá del pasar económico que no es tampoco de millonario, pero sí de una persona a la que no le falta nada. Me doy los gustos de poder viajar generalmente a fin de año para comparar, para ver. Y de ahí sale también la fuerza para entender lo que nos pasa, " explica él a "Río Negro", verborrágico como siempre "Siempre fui un ciudadano del mundo. Traté de serlo. Y nunca magnifiqué ni minimicé nuestras dificultades con respecto a los demás. Tuve una visión muy global, mucho antes de la globalización, de dónde están los problemas. Cuando visito lugares me fijo en los detalles, observo cómo habla la gente, registro lo que está más allá de la noticia, más allá de lo limpias o sucias que estén las calles, más allá de los ritos triunfalistas de cada gobierno de turno. Me fijo más bien cómo está la gente. Estoy yendo solamente a ciudades del mundo donde tengo amigos. Y ellos, que son argentinos que han hecho sus familias en Italia, Francia, España, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Chile, me cuentan la verdad o me la dejan entrever. Entonces tengo una mirada tan global del mundo que trato siempre de no hundirme en la desesperación. Porque tengo la posibilidad de salir, entrar, ver. Calculá que tanta gente no puede hacer eso. Vive inmersa en su problema, en sus necesidades no resueltas y eso sí debe ser muy difícil," agrega. -¿Percibís que ayuda tu palabra, que tu trabajo le sirve a los demás y no sólo a vos? -Lo siento porque me lo expresan, lo mandan por carta, por correo, porque me lo dicen a la salida de los teatros, en los restoranes. Yo tengo una vida pública, digamos, normal tanto en Buenos Aires como en las ciudades del resto del país donde voy. Ahí me testimonian que le sirve y mucho, más allá de la admiración que me expresan. Sí me manifiestan muchos, en los últimos veinte años, que valoran lo que digo, que les sirve y les ayuda a pensar, a reflexionar, inclusive a discutir, a polemizar. -Sabés también que no dicen lo mismo del discurso político. -No? Porque los políticos están muy comprometidos con la realidad y las contrariedades que nos aquejan, entonces la gente que recibe y soporta esos problemas, no considera igual a un artista que los entretiene, los divierte, los hace reflexionar, a un filósofo o un historiador que a un político que tiene la obligación de resolverlos. Y como no están resueltos, la gente tiene una especie de aversión y es lógico que se lo haga notar. De todas maneras, los políticos, cuando salen a hacer las campañas de todos los partidos, dicen que la gente los apoya y hay un montón de personas en las fotos -que no sabés si son espontáneos o pagos, pero están ahí- abrazándolos, besándolos y diciéndoles arriba, adelante! Eso no es malo porque hay individuos que tienen esperanzas en tal o cual agrupación política, en tal o cual político porque creen que les van a solucionar los problemas que tienen. -También se ve en tu discurso una coherencia no visible en el político que prometió y promete cuestiones no cumplidas en años. -En realidad, lo sospechoso es cuando todos los discursos se parecen. Cuando los parlamentos de muy distintas vertientes, historias y tendencias, empiezan a decir lo mismo y proponen las mismas soluciones, ahí es donde el ciudadano se vuelve loco. Si escuchás el discurso oficialista, han creado trabajo, empleo, una estabilidad, no hay inflación, está dominada, la crisis internacional nos va a pegar pero poco y tenemos muchas reservas, el problema del campo se tiene que resolver, han hecho mucho por la ecuación, etcétera? Escuchás a la oposición y dice todo lo contrario pero su objetivo es el mismo, quiere generar empleo, para los jóvenes sobre todo, protección para los viejos, redimensionar el Estado para que pueda dar salud, seguridad y educación. Dice lo mismo después de criticar al oficialismo. El gobierno manifiesta que ya está hecho o en camino de hacerse; la oposición, que no hay nada realizado y ellos lo van a hacer. Muchos de los hoy opositores ya estuvieron participando en gobiernos anteriores y no lo han logrado. Entonces es raro lo que nos ocurre como ciudadanos, estamos atados a votar por la persona que tenga una historia menos negativa o que no la conozcamos. Por lo tanto estamos más dispuestos a votar en forma muy polarizada entre los grandes aparatos -porque estamos incluidos en el clientelismo y no tenemos más remedio que apoyar a quienes nos dieron de comer o no facilitan un plan Trabajar o lo que sea- y los que dicen todo lo contrario. Ahora, las plataformas son iguales. Salvo alguna extrema de la izquierda, por ejemplo, que propone no pagar la deuda externa, etcétera, etcétera, el resto propone cosas parecidas. -Difícil situación para decidir a días de la elección. ¿Lo es para vos también? -Sí, sí? Lógicamente. Es más, al contar con mayor información me resulta más complicado. Hay quienes, directamente le ven la cara al candidato y dicen me gusta, van y lo votan. Me gusta, me parece que no miente. La gente hace abstracciones como es rico, no va a robar, si pudo manejar un canal de televisión o un club de fútbol es un gran empresario y el país tiene que estar en manos de empresarios porque cuidan la empresa y así van a cuidar el país? Bueno, eso se conecta con una buena imagen física, joven, buen mozo, le creo, no tiene historia de corrupción, etcétera. Hay gente que vota más por intuiciones. Yo no. Yo los conozco o creo conocerlos un poco más y me resulta más difícil. Así piensa Enrique, el hombre de "Salsa Criolla", "Pericón.com.ar", "Candombe Nacional", "Pingo Argentino", "Vote Pinti" y las comedias musicales "Los Productores" y "Hair Spray", que actuó además en "Esperando la carroza", "Flop", "Arregui, la noticia del día", entre otras películas; que en su último-último trabajo adaptó las letras de las canciones del recientemente estrenado "El Joven Frankenstein", musical de Mel Brooks protagonizado por Guillermo Francella en el Teatro Astral. ASí piensa el hombre que trae a Neuquén los próximos 19, 20 y 21, su palabra, la que ayuda. EDUARDO ROUILLET eduardorouillet@ciudad.com.ar | |