La condena contra el cura Julio César Grassi por abuso sexual y corrupción de menores agravada ahondó las diferencias entre quienes bregaban por la inocencia del sacerdote y quienes lo esperaban tras las rejas.
Pero el fallo del Tribunal Oral Nº 1 de Morón, en el que fue penado a 15 años de cárcel por los hechos demostrados respecto de uno de los tres jóvenes denunciantes, no dejó a nadie conforme.
Los defensores del cura rechazan los términos de la condena y la consideran infundada; sus detractores, cuestionan que el tribunal haya decidido dejar a Grassi en libertad a pesar de tener por confirmado que se trata de un abusador de menores.
Ayer el presidente del tribunal de Morón justificó la polémica determinación de otorgar al cura el beneficio de la libertad restringida y hasta la posibilidad de ingresar al hogar de la Fundación Felices los Niños con la sola vigilancia de una persona de su confianza. El juez Luis Andueza dijo, entre otras cosas, que Grassi no va a "ser reincidente" y que, pese a permanecer en libertad, "se le han impuesto reglas" que deberá cumplir. "Ha venido cumpliendo (las reglas) y confiamos en que va a seguir cumpliéndolas", señaló el magistrado.
En el fallo se justificó la libertad de Grassi en que la sentencia aún no está firme y en que, según la jurisprudencia obligatoria fijada por la Cámara Nacional de Casación Penal, la libertad ambulatoria en estos casos sólo puede restringirse cuando existe "peligro de fuga" o de "entorpecimiento de la investigación". Para los jueces de Morón, ninguno de estos requisitos se cumple.
Entre las reglas a cumplir, a Grassi se le impuso el "compromiso de no presentarse solo en las sedes o dependencias de la Fundación Felices Los Niños, debiendo hacerlo de lunes a sábado en el horario de 7:30 a 18:30 y los domingos de 7:00 a 20:00, bajo la responsabilidad y acompañamiento de la persona que él designe".
"Ponen en riesgo a los chicos"
Para Enrique Stola, psiquiatra y terapeuta de dos de los menores que denunciaron al cura, el justificativo de las garantías procesales a favor del imputado no resulta suficiente.
"No hay evidencia científica de recuperación en casos como el de Grassi", dijo, y consideró que dejar "suelto" al sacerdote "es un peligro" para los menores de la Fundación.
"Causa impacto que dejen libre a alguien que ellos mismos consideran un abusador. Sabemos que los abusadores y violadores son personas compulsivas. Por lo tanto, estos jueces están poniendo en riesgo a los chicos". (Télam / DyN)