Hay dos maneras de valorar la derrota ante Ecuador (0-2), el miércoles. Recordando el muy mal partido jugado el sábado ante Colombia (1-0) o mirando la tabla de posiciones de las Eliminatorias sudamericanas a Sudáfrica 2010.
Si se toma la primera opción, lo hecho en Quito es positivo, más allá de la caída. El equipo jugó mucho mejor que en el Monumental, a pesar de que ganó. Hubo mucha química futbolística entre Lionel Messi y Carlos Tevez, sobre todo en el primer tiempo. La defensa y el mediocampo ganaron en solidez y confianza con el retorno del 4-4-2 y de cada uno de ellos a sus posiciones naturales. Si interesa el juego del equipo, entonces, a pesar de la derrota, evolucionó, al menos en parte.
Si, por el contrario, se toman las posiciones tras la 14º fecha, y con cuatro partidos por jugar, entonces hubo un peligroso retroceso. Argentina (22), que había sumado tres valiosos puntos en Núñez, se volvió con las manos vacías de Ecuador e incómodamente ubicada en el cuarto puesto.
Hasta ahora va directamente a Sudáfrica, pero se mantiene apenas dos puntos por encima del repechaje, donde Ecuador (20) y Uruguay (18) le pisan los talones. Una hipotética repesca tampoco será tarea sencilla para quien le toque, pues el rival, que viene de Concacaf, sería nada menos que México.
Los números son el resultado de lo hecho por Argentina durante los catorce partidos eliminatorios, con Alfio Basile en los primeros diez y con Diego Maradona en los últimos cuatro. La levantada futbolística del equipo ante Ecuador invita a pensar en un futuro mejor. Claro que tendrá que mejorar urgente su capacidad goleadora, quizás el más grave de sus defectos. En Ecuador, fallar ante el arco rival le costó una derrota.
Las Eliminatorias seguirán en septiembre. Allí esperan Brasil en Núñez y Paraguay en Asunción. Ganar será una necesidad y jugar mejor, una condición inevitable. Y Ecuador, a pesar de la derrota, resultó una buena señal, que necesita pulir.