BUENOS AIRES (ABA).- La excesiva judicialización de la pelea electoral con el peronista disidente Francisco De Nárvaéz, se convirtió en un bumerán para Néstor Kirchner. Además, del efecto no querido de provocar una polarización entre ambos en la contienda bonaerense, facilitó el "oportunismo salvaje" del vicepresidente Julio Cobos, quien al solidarizarse con el diputado y empresario bancado por Mauricio Macri y Eduardo Duhalde, avisó a la franja opositora supuestamente aliada - Elisa Carrió, Hermes Binner, Gerardo Morales y Margarita Stolbizer -, que tiene las manos libres para construir una alternativa política hacia el 2011, luego del 28 de junio próximo.
Claro que para ser cabeza de un proyecto contrario al kirchnerismo tendrá que ganar, sí o sí, en su distrito, Mendoza, donde está poniendo el cuerpo a la campaña, excediendo de alguna manera sus responsabilidades institucionales.
Uno de sus más firmes seguidores, Horacio Quiroga, le aconsejó en las últimas horas no ir a apoyarlo a Neuquen (por la que desfilaron la presidenta Cristina Fernández, la ministra Alicia Kirchner y el titular del Anses, Amado Boudou), y concentrar todos los esfuerzos en la provincia cuyana.
Haciéndose el distraído, y con el argumento de que recibe a todos aquellos que en su criterio son injustamente agraviados por el gobierno, Cobos se fotografió el miércoles con De Narváez. "Fue una devolución de gentilezas a Carrió, Stolbizer y Morales - reveló uno de sus voceros -, porque trataron a sus muchachos como ´indeseables´ y no le facilitaron un reingreso glorioso al radicalismo".
Por eso, en "off" para no complicar más las cosas, desde la Coalición Cívica y el radicalismo orgánico, hubo palabras fuertes para descalificar a Cobos: "Es un traidor serial. No cumple ningún pacto", se escuchó decir cerca de "Lilita".
Con su gesto hacia De Narváez, se explicó a "Río Negro" en las oficinas de Cobos, el mendocino se mostró como un aspirante a la renovación presidencial que no tendrá empacho después del 28 de junio en reunirse con dirigentes peronistas no kirchneristas, que apuesten al diálogo y a la búsqueda de coincidencias.
En ese sentido, se mencionó que no trepidará en tratar de aglutinar a radicales luego que cese el mandato de Morales y en asociarse con dirigentes como el santafesino Carlos Reutemann.
Los cobistas admiten que el "ninguneo" al que fue sometido su jefe por la UCR y la coalición cívica y la imprudencia del gobierno de "victimizar" judicialmente a De Narváez, impulsaron a Cobos bajo el manto de la tolerancia, a jugar de manera abierta, "sin la visión sectaria y limitada de figuras como Kirchner y Carrió".
ARNALDO PAGANETTI
(Agencia Buenos Aires)