NEUQUÉN (AN).- Esta semana, el Circuito Nacional de Teatro trae a la región la primera obra del grotesco criollo, el gran clásico del teatro argentino. "Stéfano", la historia del músico napolitano que llegó al país para "hacerse la América" y ver luego cómo sus sueños se iban haciendo añicos.
La obra es una versión aggiornada, adaptada y dirigida por Miguel Ángel Palma del original de Armando Discépolo. Se presentará hoy, a las 22, en Ámbito Histrión de Neuquén; mañana a las 21.30 en Casa de la Cultura de General Roca, el viernes a las 22 en La Hormiga Circular de Villa Regina, el sábado a las 22 en la sala El Galpón de Luis Beltrán y el domingo a las 21.30 en el Teatro de la Barda de Río Colorado. Esta versión que rescata la tradición, revitaliza las palabras de Discépolo y lo hace hablar en un presente cercano y reconocible.
Desde la visión de su director, Miguel Ángel Palma, "Stéfano" es una pintura "de la argentinidad a través de tres generaciones en las que pueden reconocerse como una huella profunda, los anhelos, las pasiones y los desencuentros que son parte de la historia.
"Stéfano" es un músico talentoso que llega a la Argentina en busca de estabilidad económica y de renombre profesional. En tierra argenta el tiempo transcurre entre casamiento, hijos y trabajo, pero con el paso de los años se va dando cuenta que su vida pasa sin lograr ninguno de sus objetivos. Pierde su lugar como trombonista en la orquesta donde trabaja porque sus pulmones no dan más; su familia no lo comprende, todo pierde sentido para él. Su espacio vital se va achicando, cae en una profunda depresión y finalmente muere.
La pieza es un relato sobre inmigrantes, construido desde una atmósfera oscura, con grandes espacios de dolor y contradicciones, con personajes que tras una pincelada de absurda comicidad viven aferrados a un progreso que los asfixia. Mostrando la cotidianidad de los humildes, de los inmigrantes y de los fracasados, Armando Discépolo crea el "grotesco criollo", la primera y más auténtica expresión del teatro nacional.
Armando fue el hijo mayor de Enrique Santos Discépolo, un napolitano que llegó a Argentina a los veinte años y que dirigió la primera Banda Municipal. Desde pequeño mostró una fuerte inclinación por el teatro, pero recién a los 18 años se dedica en forma profesional.
Su primera obra fue "Entre el hierro". A partir de entonces, escribió dos piezas por año, entre ellas, "La torcaza", "El novio de mamá", "La espada de Damocles" y "El movimiento continúa". Años después llegarían sus obras más reconocidas, "Mustafá", "Giacomo", "Muñeca", "El organito", "Stéfano", "Cremona" y "Relojero", escritas entre 1921y 1934.
La versión original de "Stéfano" se estrenó en 1928, cuando Hipólito Irigoyen comenzaba su segunda presidencia, que sería interrumpida después por el golpe militar de Félix Uriburu.