SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- El fracaso de las negociaciones entre el gobierno de la intendente Sapag y los municipales, que reclaman una recomposición salarial de $500, tuvo un segundo e inesperado frente de tensión, cuando la justicia Civil ordenó, con el auxilio de la policía, la restitución de los camiones recolectores que desde hace 10 días están estacionados frente al Centro Cívico, también ocupado por los trabajadores.
Al caer la noche y luego de febriles gestiones, se resolvió suspender la orden hasta nuevo aviso, y dejar una custodia policial en torno de los vehículos, lo que permitió descomprimir la situación. Los agentes volvieron al interior de la intendencia, a cumplir con la medida de protesta que consiste en permanecer en las oficinas.
Alrededor de las 16.30 y horas después del fracaso de la llamada mesa de diálogo, se produjo un fuerte despliegue policial en la intersección de Roca y Rosas, con efectivos que formaron un cordón frente a los camiones, y el apoyo a prudente distancia del grupo de operaciones especiales de la Policía.
Advertidos de la maniobra, los municipales agremiados a ATE dejaron la planta baja del edificio y salieron al encuentro de la falange policial, armados con gruesas astas de banderas, que el municipio guarda en sus depósitos para utilizarlas en oportunidad de las celebraciones patrióticas.
Se sucedieron entonces tensos momentos, ya que los policías se parapetaron a la espera de la presencia de una oficial de justicia del Juzgado Civil de la Cuarta Circunscripción, con la orden de restitución de los camiones, que habían sido estacionados por los propios choferes en conflicto, a modo de sitio del centro cívico. La funcionaria llegó una hora después.
El juez había accedido a un pedido que en ese sentido fue presentado por la representación legal del municipio. Por la falta de camiones, el gobierno mantiene un diagrama de emergencia para la recolección de residuos.
El caso es que se utilizaron los servicios de un chofer ajeno a la disputa gremial, con el fin de abrir los camiones y retirarlos, lo que provocó la reacción de los municipales. Un grupo de ellos corrió al hombre con los palos en ristre. Sin embargo, la policía se interpuso en la carrera y permitió que esa persona pudiera alejarse sin riesgo para su integridad.