CIPOLLETTI (AC).- El juicio por el asesinato del comerciante cipoleño Martín López comenzó con un planteo de nulidad. La defensa cuestionó que los imputados no sabían de qué defenderse porque la fiscalía los llevó a debate por la figura de "homicidio en ocasión de robo", mientras que la querella los acusó por "homicidio criminis causa", un delito más grave que tiene una pena de prisión perpetua.
Tras escuchar los argumentos de las partes, los jueces de la Cámara Primera de Cipolletti coincidieron con los defensores. Dijeron que en la redacción del hecho el querellante había incluido circunstancias por las cuales los tres procesados no habían sido indagados (por ejemplo, que la muerte fue parte del plan). Por eso anularon la requisitoria de Marcelo Hertzriken Velasco, abogado de la familia del comerciante, y resolvieron que Esquivel Villar, Víctor Contreras y María Eva Parada sean juzgados por "homicidio en ocasión de robo", la misma calificación por la que fueron indagados en instrucción. La pena, en este caso, es de 10 a 25 años de cárcel.
Recién después de esa puja de partes se sentaron en el banquillo los tres imputados. Primero lo hizo Esquivel Villar, luego Contreras y finalmente Parada, que está embarazada de seis meses y medio. Ninguno declaró, a diferencia de lo que ocurrió en el primer juicio, el cual se anuló por la muerte del defensor de Parada, ahora reemplazado por el abogado Eves Tejeda.
Para avanzar en el juicio, la querella pidió ayer la declaración a Manuel López, hermano de Martín, quien también fue víctima del asalto. Con la misma seguridad que tuvo en el debate anterior, López identificó a cada uno de los imputados y describió sus roles en el tarde del 5 de marzo de 2008, cuando ocurrió el crimen en su comercio, "La casa del polietileno".
Relató que Esquivel Villar y Contreras fueron cerca de las 19 a averiguar precios de cotillón y que los atendió Víctor Velázquez, su amigo que colaboraba en la atención al público. Le preguntaron por formas de pago y si podían señar la mercadería, pero en realidad lo que estaban haciendo era observar los movimientos y el lugar "donde estaba la caja", expresó.
Media hora después, afirmó, regresaron junto a Parada. Otra vez preguntaron y dieron vueltas hasta que no quedó ningún cliente. Relató que Velázquez los atendía y que él se sentó frente a la computadora a facturar. Dijo que fue allí cuando Villar lo apuntó desde atrás con un arma en la cabeza y lo obligó a trasladarse hacia un sector posterior del local. Vio entonces que Contreras tenía a Velázquez y que muy cerca estaba Parada.
Contó que Villar lo pateó cuando le dijo que se tirara al piso y que en un momento escuchó "movimientos". Levantó la cabeza y vio a su hermano que entraba por una puerta posterior, que comunica con la casa donde vivía. Martín regresaba de hacer compras e intentaba entrar al negocio. "No escuché gritos ni forcejeos", afirmó López. Sólo disparos (fueron dos). Y vio luego que su hermano se llevaba la mano al pecho y caía desplomado. Cuando salió a pedir ayuda a un comercio ubicado enfrente, que tenía un policía adicional, los tres sujetos se habían ido.
El juicio continuará el 16 a las 8.30 con la declaración de cinco testigos.