WASHINGTON.- La Corte Suprema de Estados Unidos dio ayer vía libre para el ingreso del consorcio italiano Fiat en la insolvente firma automotriz norteamericana Chrysler.
El alto tribunal anuló el bloqueo que dispuso el lunes. Los acreedores que interpusieron el recurso no pudieron justificar la extensión de la medida, según la corte.
Los acreedores -tres fondos jubilatorios del estado de Indiana- se habían opuesto a que sus reclamos expiraran.
Fiat podría haber renunciado al acuerdo si no estaba asegurado legalmente hasta el 15 de junio.
Como no hay ningún otro potencial inversor interesado en Chrysler, un retiro de Fiat podría significar el fin de la tradicional empresa automotriz estadounidense.
El jefe de Fiat, Sergio Marchionne, reiteró anteriormente su interés en Chrysler a pesar de las demoras.
La aprobación de la fusión con Fiat es el último paso y definitivo para la salida de la quiebra de Chrysler, que se declaró en bancarrota el 30 de abril. Según lo previsto, la empresa italiana controlará inicialmente un 20 por ciento y tendría la posibilidad de ampliar luego su participación al 35 por ciento.
El sindicato United Auto Workers (UAW) mantiene actualmente la mayoría de los activos y entre los accionistas minoritarios figuran el gobierno de Estados Unidos, con un 8 por ciento, y el Estado de Canadá con un 2 por ciento.
Fiat recién podrá acceder a la mayoría cuando se hayan cancelado las deudas a esos dos países, mientras que los acreedores tendrán que conformarse con 2.000 millones de dólares.
Chrysler se había declarado en quiebra después de que un grupo de acreedores no quisiera renunciar a 6.900 millones de dólares en deuda asegurada a cambio de recibir esos 2.000 millones de dólares en efectivo.
La supervivencia de Chrysler es un firme objetivo de la administración de Barack Obama.
En este sentido, el gobierno había instado a la Corte Suprema a actuar con rapidez en el caso del proceso de quiebra, afirmando que un retraso pondría en peligro la alianza del constructor con el fabricante italiano Fiat.
Por otro lado, el juez de quiebras estadounidense encargado del caso Chrysler aprobó ayer el proyecto del constructor de suprimir la cuarta parte de sus concesionarios, pese a las protestas de varios distribuidores concernidos.
"La terminación (de los acuerdos entre Chrysler y sus distribuidores) es una sana decisión de gestión, tomada de buena fe y por razones comerciales legítimas". Es "apropiada y necesaria" dictaminó el juez Arthur Gonzalez, del tribunal de quiebras de Nueva York.
El constructor, que se acogió a la ley de quiebras el 30 de abril, había anunciado el mes pasado que reduciría su red comercial para adaptarse al hundimiento del mercado. (AFP/DPA)
