La feria de arte contemporáneo "Art Basel", en Basilea, no parece a sus 40 años ni afectada por la crisis financiera ni por la de la mediana edad.
Mientras los grandes museos se quejan de la desaparición de grandes patrocinadores y las subastas de primavera de Sotheby's y Christie's recaudaron mucho menos que hace un año, el barómetro de la mayor feria de arte, que se inaugura este miércoles, apunta a la confianza y el optimismo.
"Para el 40 cumpleaños de Art Basel no hubo que aprobar restricciones, pese a la crisis", afirma Marc Spiegler, que dirige desde 2008 junto con Annette Schönholzer la feria. El banco suizo UBS sigue presente como principal patrocinador, pese a que su sección de asesoramiento de arte ha tenido que cerrar por la crisis.
Incluso los premios para los dos mejores proyectos del área "Art Statements", destinados a promover a artistas jóvenes, subieron de 5.000 a 30.000 francos (20.000 euros/27.000 dólares). "Art Basel" está considerada la reina de las ferias de arte, algo que en opinión de su ex director Samuel Keller es su tabla de salvación en estos tiempos difíciles.
"Creo que todo patrocinador reflexionará antes de salir de Art Basel, la clara número uno del sector", afirma el experto en arte y actual director de la Fundación Beyeler. No hay otro sitio con mayor densidad de personas ricas que el entorno de la feria suiza.
Mientras que algunas citas similares se quejan de la presencia de menos galerías, en Basilea solicitaron un stand 1.100, tantas como nunca antes. El 99 por ciento de los galeristas del año pasado han vuelto a pedir un espacio. Incluso la lista de participantes se amplió a una serie de destacados expositores de modernidad clásica como Knoedler & Company (Nueva York), Galerie Zlotowski (París) y Susanne Zander (Colonia).
"Hubo dos galeristas que cancelaron porque tuvieron que cerrar sus negocios. Pero algunos galeristas quieren stands más grandes, pienso que para parecer más poderosos en comparación", explica Spiegler. El director no ignora la crisis, pese a que su feria parece en principio salir bien parada de sus efectos colaterales.
"La gente compra menos y con más cuidado. Pero es un buen momento para personas serias para llenar huecos en las colecciones y para empezar una colección", afirma el ex periodista de arte. La precaución de los compradores se notó claramente en las subastas de primavera de Sotheby's y Christie's en Nueva York.
En el caso de la segunda el volumen de negocios se redujo a 93,7 millones de dólares, un tercio en comparación con 2008. En Sotheby's la cosa fue aún peor: en vez de 362 millones de dólares se recaudaron 47 millones.
Incluso los objetos extraordinarios no se venden cuando tienen precios muy caros, describe la situación el vendedor de Sotheby's Tobias Meyer. El retroceso de entre un 20 y un 30 por ciento en los precios es visto en Basilea y en el mundo especializado como positivo, como una vuelta a la normalidad.
"Estamos de nuevo en el nivel que habíamos alcanzado hace unos pocos años. Eso atrae a coleccionistas que en los últimos años se habían apartado. Encontraban los precios muy altos y el ajetreo demasiado grande", afirma Samuel Keller.
De la misma opinión es Mathias Rastorfer, de la Galería Gmurzynska (Zúrich), que habla de una relativización de las cosas y un renacimiento de los coleccionistas especializados. Por eso, "Art Basel" mira confiada y realista la situación en los próximos días de feria.
"Cuando el mercado estaba sobrecalentado, algunos prestaban menos atención que ahora a la calidad. Ahora, la gente quiere obras maestras", afirma el director de la feria. Y de ellas hay suficientes en 2009, desde Georg Baselitz, Jean- Michel Basquiat, Alexander Calder, Paul Cézanne, Tony Cragg, Willem de Kooning o Gustav Klimt a Jeff Koons, Pablo Picasso, Tom Wesselmann y Yan Pei-Ming. Internet: www.artbasel.com
DPA