El sistema muestra fallas dentro y fuera de las cárceles. Reflejo claro son el alto índice de reincidencia y las dificultades que encuentra un detenido para su reinserción.

"Esto es muy difícil, porque no lo puede hacer solamente el juez. Tiene que haber una política de Estado y un fuerte compromiso de la comunidad. Los jueces no pueden conseguirle trabajo a la gente cuando sale sino hay una fuerte apuesta que tenga en cuenta programas sociales. No hay que empezar cuando la persona está en la cárcel sino mucho antes, con soluciones a los chicos que están en la calle, a los jóvenes que no tienen trabajo; hay que volver a crear lazos familiares, restablecer las redes sociales, que los chicos puedan ir al colegio, a un club. Evitar que caigan en esa situación de riesgo porque luego rescatar es mucho más difícil. Como no estamos actuando seriamente en este sentido tenemos que encerrar a la gente. La cárcel no es solución pero, hasta ahora, a los penalistas y sociólogos no se nos ocurrió nada mejor", afirmó Martínez al respecto.

Y agregó: "Hacen falta políticas de Estado fuertes para desbaratar la delincuencia desde captar los niños y jóvenes en conflicto y tratar de solucionar todo el problema desde la más temprana edad, dando alternativas y no reprimiendo".