| El monóxido se produce a partir de una mala combustión, que puede generarse por el mal funcionamiento de un artefacto o por la quema de elementos que lo generan. Cuando esto sucede el CO comienza a dispersarse por el ambiente y al ser más liviano que el oxígeno, ocupa con mayor rapidez el lugar del mismo. En numerosas oportunidades se atribuye la muerte por inhalación de CO, a un escape de gas, lo que no es así. Desde el Ente Nacional Regulador de Gas (Enargas) se informó que el gas natural -metano- no es tóxico, pero sí asfixiante. Es decir que los riesgos de muerte son importantes al inhalar ambos gases pero no actúan de la misma manera y se trata de elementos diferentes. Además, el CO es muy difícil de ser detectado ya que no tiene olor, mientras que el gas natural si lo presenta. "Las moléculas de metano no son solubles en agua por lo que no pasan a la sangre a través de las mucosas pulmonares; pero sí es asfixiante, cuando desplaza al aire del ambiente". (AR) | |