Con la caída de Rafael Nadal, los españoles salieron a buscar el "salvador" y el último que tomó la posta fue Tommy Robredo. Sin embargo, el catalán se encontró con un Del Potro muy inspirado y fue una misión imposible. Ni con dos raquetas podía ganarle a la "Torre de Tandil".
La maldición de los cuartos no perdonó a Robredo, un jugador muy regular que en su mejor momento fue número cinco mundial (hoy ocupa el puesto número 17) y que se había frenado en esa ronda en 2003, 2005 y 2007.
"Creo que él ha jugado muy bien en todo momento. Ha sacado muy bien y por eso no supe aprovechar las opciones de break", admitió. "Cuando estás en cuartos lo que quieres es ganar. Jugué bien, disputé los puntos, pero él aprovechó sus oportunidades", agregó.
El tenista de 27 años venía de hacer una gran temporada sobre polvo, con los trofeos en Costa Do Sauipe y Buenos Aires. Y en Roland Garros tuvo un consuelo: al llegar a cuartos evitó que la Armada quedara afuera de los mejores 8 por primera vez desde 1996.
