El avión de la compañía francesa Air France con 228 personas a bordo, en su mayoría franceses y brasileños, que desapareció hoy súbitamente del radar cuando sobrevolaba el oceáno Atlántico, en la ruta Río de Janeiro-París, es buscado por equipos especializados de Brasil. La aerolínea ya da por descontado que el avión se ha precipitado al mar y manifestó sus condolencias a familiares y allegados de pasajeros y tripulantes.

"Air France expresa su más sentido pésame a las familias y allegados de los pasajeros", señaló en un comunicado.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, visitó el aeropuerto parisino Charles de Gaulle, donde el avión fue dado por "demorado" incluso horas después del horario previsto de aterrizaje. Allí dialogó con los familiares de las víctimas, quienes fueron asistidos fuera de la vista de los periodistas por equipos de psicólogos especializados en catástrofes.

También en Río de Janeiro, tanto en el aeropuerto como en un hotel de la ciudad, la aerolínea montó dos centros de atención a damnificados.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, dialogó telefónicamente con Sarkozy sobre lo ocurrido. "Fue un intercambio de manifestaciones de pesar, ya que no sabemos precisamente qué pasó", dijo Lula en el marco de una gira por Centroamérica y agregó: "En una hora como ésta, hay que expresar solidaridad y rogar a Dios que no ocurra otro" accidente aéreo.

Las posibilidades de encontrar sobrevivientes son "muy reducidas", dijo Sarkozy, quien anunció que su gobierno solicitó ayuda a las autoridades estadounidenses para localizar el avión a través de imágenes satelitales.

Las hipótesis.

"El avión podría haber sido alcanzado por un rayo", manifestó en París el jefe de Air France, Pierre-Henri Gourgeon. Posiblemente se cayó el suministro eléctrico en medio de un temporal. "Estamos, sin duda alguna, ante una catástrofe aérea", añadió.

El contacto con el Airbus A330-200 se perdió poco después de su despegue. El vuelo AF 447 había partido de Río de Janeiro a las 19:03 hora local (22:03 GMT) del 31 de mayo y tenía previsto aterrizar a las 11:10 hora local (09:10 GMT) del 1 de junio en París.

Cerca de las 02:00 GMT, el avión ingresó en zona de tormenta y unos quince minutos después, los controladores de vuelo recibieron un mensaje de emisión automática que reportaba problemas eléctricos. En el momento en que el avión desapareció del radar, volaba a 11.000 metros de altura y a una velocidad de 840 kilómetros por hora, a más de 500 kilómetros de la ciudad nororiental brasileña de Natal.

Para los expertos, la tormenta y el impacto de un posible rayo no son suficiente argumento para explicar el hecho. "Un rayo puede causar realmente poco a una aeronave moderna", dijo Georg Fongern, miembro de la junta directiva del sindicato de pilotos IFALPA.

Además, el piloto era un profesional con experiencia: tenía 11.000 horas de vuelo en su haber, de las cuales 1.700 se contabilizaron en Airbus A330/A340. "Todo avión es afectado una y otra vez por rayos", dijo el piloto de Air France Patrick Nerrant. "Nosotros, como pilotos, estamos entrenados para reaccionar al respecto", añadió.

En caso de una caída del sistema eléctrico, las aeronaves cuentan con sistemas de emergencia extra para la comunicación y la navegación.

El experto Décio Correia planteó la hipótesis de una explosión. El causante debe haber sido "muy, pero muy repentino", para que no haya habido alarmas en este sentido, consideró.

Los expertos tampoco descartaron la posibilidad de que se trate de un ataque terrorista. Pero, en caso de un secuestro, el avión tendría que haber aterrizado en algún lado, pensó en voz alta el secretario de Estado de Transporte francés, Dominique Bussereau.

El portavoz del comando general francés, Chritophe Prazuck, no desechó la hipótesis de una bomba, pero reconoció que no tiene datos concretos en este sentido. La gran pregunta hoy es "dónde están", remarcó.

El presidente de Air France, Pierre-Henri Gourgeon, dijo que se presume que el avión siniestrado se encuentra a mitad de camino entre la costa brasileña y la africana.

Se desconoce en aguas territoriales de qué país africano estaría hundido.