Lunes 01 de Junio de 2009 Edicion impresa pag. 8 > Regionales
ENTREVISTA A ROBERTO GARGARELLA, CONSTITUCIONALISTA Y SOCIÓLOGO: "Neuquén es una especie de laboratorio social"
Dijo que las protestas que se producen en la provincia aparecen luego en otras partes. Cuestionó la judicialización de los conflictos y aseguró que hay alternativas.

NEUQUÉN (AN).- Roberto Gargarella es abogado y sociólogo; doctor en derecho por las universidades de Buenos Aires (donde es profesor de derecho constitucional) y Chicago. Dio una charla en Neuquén sobre la criminalización de la protesta social, organizada por el Instituto de Derechos Humanos del Colegio de Abogados. Esta es una síntesis de la entrevista que concedió a "Río Negro".

-¿La criminalización de la protesta social es un problema del Poder Judicial o del Poder Ejecutivo?

-Obviamente que al poder político le conviene, la justicia lo sabe. Los jueces se ven recibiendo un peso que el poder político se quiere sacar de encima. El punto es importante porque demuestra que en este tipo de cuestiones hay una corresponsabilidad de cómo tratarlo, es una tarea que le corresponde a toda la estructura institucional.

-¿Se criminaliza porque no se encuentra otra respuesta?

-Es una respuesta sencilla, que para ciertos sectores de la sociedad suena bien, y es sencilla porque es lo suficientemente notoria como para que muchos lo adviertan y vean actuando al poder. Pero también es una pésima manera porque no sólo no resuelve los problemas sino que los tiende a agravar.

-Ante la falta de respuesta a las demandas sociales se llega al conflicto. ¿Hay herramientas que no sean el derecho penal para tratar estos conflictos una vez instalados?

-Quedarse con el conflicto es quedarse con la manifestación del problema, pero el problema llama la atención sobre otro tipo de situaciones. Imaginemos que una persona golpea a la mujer cada vez que llega a la noche y produce ruidos, escándalos en el vecindario. Si un juez quisiera atender esa situación y lo que hiciera fuera poner ventanas más gruesas, es una pésima manera de pensar el conflicto. Ahí lo que tiene que verse es cuál es la causa de ese problema y atenderla.

-¿Son excepcionales los casos en los que el juez lo manda al Ejecutivo a solucionar el problema?

-El Poder Judicial podría asumir su corresponsabilidad en la situación y tratar de mediar en el conflicto, pero cuando su primera reacción es procesar? Los problemas sociales no se van a resolver judicialmente.

-En toda esta situación de criminalización de la protesta social, ¿cuál es el rol de policías, gendarmes, de las fuerzas de seguridad que intervienen?

-No quisiera generalizar pero suele ser muy malo. El derecho escrito no es especialmente atractivo pero no está tan mal como lo que es la práctica, la interpretación y la aplicación del derecho. Ahí es donde uno ve que hay un enorme sesgo en los jueces, los políticos, los policías. Los jueces suelen venir de un cierto sector social, suelen mirar los hechos de un cierto modo, y la policía tiene una práctica de usar la fuerza para procesar un conflicto, cosa que es obviamente negativa, entonces todo está muy sesgado.

-¿Qué análisis u opinión tiene del caso Fuentealba?

-En el mejor de los casos lo que se ve es que la ciudadanía tenía un derecho a protestar, pero eso es demasiado poco, porque lo que está en juego es un problema social, no de expresión. Aquí en Neuquén hay una práctica establecida de protestas extendidas, con arraigo social, es una especie de laboratorio. Es importante tener en foco lo que ocurre aquí porque ocurren en niveles extremos hechos y lógicas que uno luego ve reproducidas en otras partes del país.

-Usted dijo en una entrevista que los jueces deberían proteger a los que protestan, no perseguirlos.

-No aplicaría esto como una fórmula ciega. Diría que la justicia debería tomar un papel distinto al que suele tomar, sobre todo en el contexto de un derecho como el argentino que es muy generoso en cuanto al reconocimiento de intereses fundamentales en la Constitución.

-¿Qué piensa que sucederá a futuro, primará la intención de hallar soluciones o se impondrá la mano dura?

-Como dice Galeano la historia es un profeta con la vista vuelta hacia atrás. La marca argentina y latinoamericana es la desigualdad, y eso es un muy mal antecedente. Esa desigualdad se mantuvo aun en momentos de superávit fiscal, y eso es muy serio. Es una mala promesa hacia futuro, porque quienes están mejor acomodados tienen mucho para hacer para mantenerse en la situación de privilegio en la que están, y la sociedad argentina es muy movilizada; esta provincia es un buen ejemplo de eso.

 

GUILLERMO BERTO
gberto@rionegro.com.ar

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí