Domingo 31 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 34 > Sociedad
Los secretos de la faena

Los terneros corren tratando de evitar el "sogazo". Pero aunque pasan por sobre algunos de los lazos que caen entre sus patas o chocan contra su cuerpo, en general, siempre alguno de los participantes logra el cometido.

"¡Marca!", grita el pialador y allí va el encargado de llevar el hierro candente hasta el lugar donde fue enlazado el animal y donde se le pondrá la señal.

Los machos además son capados con un corte quirúrgico y desinfectados con un antiparasitario externo que evita afecciones posteriores. A algunos les colocan un destetador y además a otros se les marcan las orejas.

"Cuando tiramos, el secreto es darle un golpe de muñeca al final, justo cuando se va volcando el lazo", dice "Pato" Linares mostrando el movimiento con su mano.

Cada uno cuida su lazo y lo mantiene con dedicación. "La trenza se hace de diferentes forma y uno elige la que más le gusta", cuenta. "Lo enjabonamos para que se deslice mejor y no corte las manos", afirma.

Cuando se hace a caballo se enlaza por el cuello con una soga más gruesa y cuando es a pie la idea es "maniarlo" con un lazo fino, para que el animal caiga y poder así "marcarlo". Cuando los animales son vacunos la actividad se denomina "yerra" y con ovinos se le llama "señalada".

"Antes, en estas reuniones participaba toda la familia y se extendían por todo el fin de semana, por la tarde se seguía con las cartas, la taba y a la noche había baile. Para esas ocasiones llegaban vecinos de todos los campos cercanos", relata el "Pato" Linares.

Ahora, en estas "yerras" del resurgimiento la actividad va finalizando al atardecer del primer día, después de un picadito de fútbol en el corral que sirve para la fortalecer lazos de camaradería e iniciar la despedida antes del anochecer.

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