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El lado oscuro de la fama | ||
Cada vez hay menos diferencias entre la esfera pública y la íntima. Las "celebridades" se confiesan en los medios, pero luego se quejan. El difícil quilibrio ehntre reclamar la atención y exigir privacidad. | ||
Mírenme. Miren mi vida, mi cuerpo, mis payasadas, mis hijos, mi casa. Está bien, entren. Es un buen arreglo: Yo me hago famoso, ustedes se entretienen. Todo el mundo contento. ¿Cuál es el problema? Pero .... espere. Basta. Yo no acordé esto. ¿Por qué me miras? ¡Cómo te atreves! ¡Vete! ¿Podrías dejarnos en paz a mí y a mi familia? ¿Al menos hasta la próxima temporada? Una reciente erupción de furia de celebridades sobre atención indeseada -desde Miss California, Carrie Prejean hasta Brooke Shields y las estrellas del reality show "Jon & Kate más 8´´- indican una dimensión paradójica en la forma en que vemos a las personas famosas. Para resumir, los famosos no se muestran muy felices cuando su cuidadosamente orquestada realidad se escapa de las jaulas que han construido para contenerla. La atención indeseada "destruye la vida de personas´´, dijo Kate Gosselin, de "Jon & Kate´´, en una reciente comparecencia -publicitaria- en Michigan. Celebridades furiosas por la cobertura intrusiva no son algo nuevo: Greta Garbo quería que la dejaran tranquila ya en los años 1930. Y, más recientemente, estrellas como Kanye West, Keith Urban y Sarah Jessica Parker han expresado consternación por el frenesí de atención pública que rodea sus actividades y a sus familias. Pero hoy hay algo diferente, más nebuloso. Las líneas divisorias entre lo personal y lo público se han borrado. Estamos sumergidos en una era de revelaciones excesivas, en la que millones de personas transmiten al mundo prosaicas actualizaciones de sus vidas en Twitter y la compañía Huggies patrocina "The Potty Project´´, en el que familias reales entrenan a sus niñitos para usar el inodoro. Hoy, centenares de estadounidenses comunes revelan detalles de sus vidas íntimas ante millones de personas en programas de realidad simulada, transformándose en estrellas, aunque fugaces. Al otro lado del espectro, celebridades como Tori Spelling, Denise Richards y Jessica Simpson comprimen sus vidas en historias atractivas en un esfuerzo calculado para mantenerse en la mente del público. A nosotros nos encanta. A ellos les encanta. Hasta que la "realidad´´ se sale del guión y los ávidos ojos que les hicieron enormemente populares empiezan a enfurecerles. Entonces suceden cosas como: 1.- Prejean, que compitió en el concurso Miss USA en bikini, se enfurece con la gente que hizo circular en la internet fotos de ella con el torso desnudo, luego que ella respondiese a una pregunta sobre matrimonio hecha por el blogger de Pérez Hilton diciendo que debería ser solamente entre un hombre y una mujer. Prejean dijo que la pregunta de Pérez Hilton tenía una "agenda personal oculta´´ y que ella fue "castigada´´ por ejercer su libertad de expresión. Dijo Prejean: "Esto no debería suceder en Estados Unidos´´. 2.- Brooke Shields dijo que era inexplicable que pudiese estallar una controversia sobre su conexión con el arresto en Nueva York del actor Kiefer Sutherland en mayo. "Asusta y sorprende el acceso que tiene la gente a todo el mundo´´, dijo Shields. En el 2005, Shields fue al programa "The Oprah Winfrey Show´´ para hablar de asuntos profundamente íntimos de su vida, incluyendo sus pensamientos suicidas y su depresión posparto. 3.- Un nuevo documental sobre la actriz Farrah Fawcett, enferma de cáncer, incluye imágenes de ella hablando del tabloide que ella dice que le robó su privacidad, la privacidad a la que ella está renunciando al ser la figura central de un documental sobre el mismo tema. No se trata de decir quién tiene o no la razón. Simplemente es que todo se ha complicado más al fundirse las vidas personales y las imágenes públicas, algo que puede esperarse en una nación en la que el concepto de privacidad como derecho legal es apenas tan viejo como la industria de cine. "Cuando uno se ofrece al público de esa forma, esas cosas van a suceder´´, dice Lou Manza, jefe del departamento de sicología en el Lebanon Valley College, en Annville, Pennsylvania. "Si uno deja que las cámaras registren su vida, no debería sorprenderle lo que muestran´´, dice. "OK. Te vas a volver famoso, pero esa es una hoja de doble filo. La gente va a saber todos tus trapos sucios´´. Ese dilema parece especialmente destilado en el extraño caso de Jon y Kate Gosselin, estrellas de la serie "Jon & Kate más 8´´, que documenta detalles de la vida de esa pareja del sureste de Pennsylvania, que tiene 8 hijos. Enfrentada con recientes reportes de infidelidad por ambas partes, los dos fustigaron la atención de la prensa a las vidas personales que ellos decidieron exponer, pública y lucrativamente, al mundo. "Esto ciertamente no es lo que yo esperaba´´, dijo Kate Gosselin. "Cuando yo veo revistas en las tiendas, es realmente difícil. Me asombra que exista una industria que lo sigue a uno a todas partes y escribe artículos sobre uno´´. En 1961, el historiador y futuro Bibliotecario del Congreso Daniel J. Boorstin escribió acerca de la creciente cultura de celebridad y el "seudoevento", algo que es orquestado con el propósito expreso de ser observado y reportado. Boorstin definió celebridad como "una persona que es bien conocida por ser bien conocida´´. Pero cuando Boorstin escribió eso, él no podía haberse imaginado programas televisivos como "The Real Housewives of Orange County´´ (Esposas reales del condado Orange) o "Who Wants to Marry My Dad?´´ (¿Quién quiere casarse con mi papá?), parte de una industria que convierte el tapiz de la vida diaria estadounidense en comidilla de espectáculo imbuido de drama. En otras palabras: en estos días, muchos más de nuestros conciudadanos están de repente saltando voluntariamente a la fama o a la notoriedad sin la menor preparación. "Una de las cosas acerca de la realidad y la celebridad es que siempre hay cosas en juego. Porque es real´´, dijo Neal Gabler, autor de "Life: The Movie - How Entertainment Conquered Reality´´. "Una celebridad deja de ser celebridad cuando se acaba la narración", dice. "Pero la narración requiere de otras personas para amplificarse. Y es ése el papel de los medios de comunicación. Así que es absurdo que alguien como Miss California reaccione como si los medios no tuviesen derecho a inmiscuirse en su vida: eso es lo que hacen´´. "Es difícil estar a este lado de la cámara´´, dijo Jon Gosselin en el sitio de internet del programa. "La gente ve tu vida como episodios ... No tenemos ninguna privacidad. Si yo salgo a la calle, la gente sabe que salí a la calle, y toma fotos y lo hace público". Su mujer es más práctica: "Listos para la próxima temporada, pienso yo". (AP) | ||
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