Las elecciones del 28 de junio próximo podrían significar, para algunos ministros del actual gabinete nacional, el fin de su gestión en la administración de Cristina Fernández.
"Yo soy el nuevo ministro de Economía después del 28", se le escuchó decir al actual titular de la Anses, Amado Boudou, en una de sus últimas reuniones con banqueros, que mantuvo en los últimos días.
Según explicó a DyN un hombre que habla asiduamente con el matrimonio Kirchner, se produciría un enroque directo de Boudou a Economía y Carlos Fernández -el actual ministro- a la Anses.
A esa situación se suma la de Graciela Ocaña, quien días atrás alertó a los suyos que después del 28 de junio dejará la cartera de Salud, aunque sin un horizonte político claro.
Su enfrentamiento con la CGT, sumado al problema del dengue y de la gripe porcina, desgastaron su relación con los Kirchner.
Una ministra con enemigos poderosos
Las investigaciones de Ocaña y denuncias por los negocios de los medicamentos y la efedrina han tocado vértebras sensibles dentro del kirchnerismo y fue más allá al denunciar la presencia de "yabranes" que operan en el campo de la salud.
Ocaña acumula, además, enemigos poderosos de su paso por el PAMI. En los últimos días la ministra recibió el apoyo de un sector del Gobierno, pero el otro, el ala "pingüina", encabezada por Néstor Kirchner la mira con desconfianza.
La situación del Jefe de Gabinete, Sergio Massa, es más compleja. De licencia en la intendencia de Tigre pero haciendo campaña desde ese distrito bonaerense, la continuidad de Massa en el gobierno dependería del resultado que el oficialismo obtenga en la provincia de Buenos Aires.
Si la lista que encabeza Néstor Kirchner gana claramente el 28 de junio, Massa continuaría en la Jefatura de Gabinete. Pero si el resultado termina siendo muy ajustado, o bien sorprende al kirchnerismo una derrota, Massa se iría, probablemente a Tigre, para hacerse cargo de la comuna. (DyN)