Hugo Moyano, el poderoso líder de la CGT y aliado clave de los Kirchner, emitió ayer señales de cierto distanciamiento que fueron leídas con extrema inquietud en la Casa Rosada. Habló de la posibilidad de una derrota en las elecciones de junio, admitió que creció el desempleo en el país -contradiciendo a la presidenta-, e insistió con su anhelo de que un sindicalista sea el próximo presidente.

"Si el gobierno pierde, si perdemos nosotros porque yo soy parte de este proyecto, va a ser más dificultoso pero no va a ser imposible gobernar. El peronismo nunca huyó del gobierno, ni el pueblo nos echó", concluyó Moyano.

Durante la conferencia anual que organiza la Fundación Konrad Adenauer, en el marco del proyecto Preguntar el Poder, el líder de la central obrera respondió durante una hora las preguntas de 30 periodistas. "No sé cuánto es el índice de desempleo del INDEC", se sinceró el sindicalista cuando le cuestionaron las supuestas irregularidades del organismo. Y fue en ese terreno donde el camionero empezó a contradecirse, aunque luego intentó recuperar el rumbo: aclaró que "subieron los despidos" de las empresas pero defendió las políticas que el Gobierno nacional impulsó para aminorar los golpes de la la crisis. Reconoció que "faltan hacer muchísimas cosas, como la calidad institucional, pero se ha avanzado en mejorar las condiciones del trabajador".

Hizo un show aparte con algunas frases que deslizó. "Es Néstor o mi esposa", dijo cuando sonó su teléfono celular en medio de la charla. "No sabía si venía aquí pero me echaron de la Casa del Gran Cuñado", agregó, haciendo una chanza sobre su imitador en el programa de Marcelo Tinelli.

Más serio, le pasó un mensaje a sus pares de la CTA que vienen reclamando de los Kirchner el reconocimiento de la personería jurídica. "Para obtenerla (la personería) hay que compulsar a ver quien tiene más afiliados. Si eso no gusta hay que modificar la ley y cuando se lo intentó no se consiguió".

Fue un tanto ambiguo sobre las candidaturas testimoniales para diputados nacionales del gobernador Daniel Scioli y del jefe de Gabinete, Sergio Massa. "Está en el contexto de lo que conviene. Cuando no voy a votar a alguien no me interesa quien vaya en la lista. Si Luis Juez quiere llevar a Piñón Fijo no me importa, igual no lo voy a votar".También hizo una referencia a la supuesta pelea con la ministra de Salud Graciela Ocaña. "No tengo conflictos con ella, pero en cuanto a la rendición de cuentas (se habla de 208 millones de pesos) nadie con sentido común puede creer que alguien se va a quedar con la suma de dinero, los años anteriores hubo un descontrol con el manejo de la superintendencia de Salud. Tiene que presentar la documentación", contragolpeó. (ABA/DyN)