El Barcelona regresó a casa y su arribo fue vitoreado por más de un millón de hinchas que llenaron las calles de la ciudad y el estadio del Camp Nou para saludar a sus jugadores favoritos.

Guardiola y Carlos Puyol fueron los primeros miembros de la comitiva en bajar del avión portando el trofeo. Detrás lo hizo Joan Laporta, el presidente. Laporta abrió una botella de champagne y todos los jugadores comenzaron a mojarse, inaugurando la fiesta. Después, todos se montaron en autobuses para iniciar el recorrido por las principales calles de Barcelona, adornadas de colores azulgranas.

El vehículo llegó al Camp Nou, donde aguardaban unos 100 mil hinchas. Cada uno de los jugadores del Barça tomó el micrófico, y cuando le llegó el turno a Messi (el más querido junto a Puyol, Xavi e Iniesta) la vehemencia del público fue notable.

"¿Querían las tres? Acá están las tres", exclamó la "Pulga". "El año que viene vamos a ganar todo otra vez y a festejar. Visca el Barca y visca Catalunya (en catalán, viva el Barsa y viva Cataluña)", añadió el argentino, quien fue rodeado y alzado por sus compañeros como una suerte de ritual místico.