El ensamble conformado por Pablo Porcelli en saxo, Santiago Cichero en guitarra, Maxi Rozenblum en bajo y Claudio Eidler en batería presenta en Neuquén, Roca y Viedma su flamante compacto "Cada uno, cada cual", más tangos clásicos y composiciones propias con aire arrabalero.
Hombre de Bahía Blanca criado en la capital rionegrina, donde comenzó a tocar el saxofón, cursó Dirección Orquestal en la Universidad Nacional de La Plata, estudió con el saxofonista Pablo Ledesma y se perfeccionó en Buenos Aires con Bernardo Baraj y Víctor Scorupsky. Compuso música para obras teatrales y también incursionó en el cine con la música del documental "Otro destino".
Porcelli tocó en el Festival de Saxo de Buenos Aires, en El Vesuvio, el Torcuato Tasso, el Museo Renault y en Bolivia, Venezuela y Colombia. Su primer CD, "Sin rodeo", es del 2000. A comienzos del 2002 salió el segundo, "Distancias". En el 2004 el tercero, "Vientos de cambio". El cuarto, "Cada uno, cada cual", es del año pasado.
"Es muy difícil abstraerse de lo cotidiano. A medida que uno evoluciona por las circunstancias que va dando la vida y porque muchas veces, por suerte, mejora en un montón de aspectos, es muy dificultoso dejar todo eso afuera al componer. Si bien se escribe siempre de la misma manera, cambian los temas sobre los que interesa escribir. Cambian las motivaciones. En muchas ocasiones sucede que ya hiciste esa parte, ya la desarrollaste o es una etapa que has vivido mucho desde lo artístico y necesitás dar vuelta la página, comenzar una cosa nueva", dice el saxofonista a "Río Negro" poco antes de su presentación.
"A mí me ocurre mucho esto último, por eso también la elección de sacar discos con repertorio nuevo cada dos o tres años. Es lo que me mantiene motivado, inclusive tengo una lista de obras nuevas para el siguiente compacto y para otro y otro. Me gusta componer y cuando me agarran esos soplos de inspiración son lo que más disfruto de la vida artística; sentarme en el teclado o con el saxo a componer. Y siempre tengo algo nuevo para decir. Cuando me reitero, eso va al tacho de basura", agrega.
"Lo nuevo que tengo para decir generalmente se relaciona con lo nuevo que tuve para vivir; circunstancias, instantes, desafíos nuevos en lo personal y en lo artístico que son muy difíciles de desprender cuando compongo. No sé cómo harán otros, no lo he charlado mucho, pero uno compone con lo que le pasa en ese mismo tiempo y por suerte lo que busco trato de que sea diverso, que mi vida no sea siempre lo mismo. Lo único que se mantiene es que todos los días tengo que estudiar el instrumento (sonríe), pero después cada jornada la voy buscando de distintas maneras".
-¿Componer es un ejercicio cotidiano o un disparador emocional enciende la mecha de la inspiración?
-Es un poquito de las dos cosas. Cuando se habla de esta parte de la música no relacionada con el entrenamiento básicamente -porque para tocar mejor un instrumento ayuda bastante la cantidad de horas que le dediques- en la composición dicen que la inspiración siempre te agarre trabajando. Me sucede algo extraño con este asunto y me gusta encontrarle la vuelta al significado de componer. O lo vemos del modo terrenal que es mezclar las notas una y otra vez -son siete con sus cinco semitonos, o sea que mixtura doce notas entre sí- o prefiero la parte más mística? es un gran misterio de dónde vienen las ideas, las creaciones. Es fabuloso así seas escritor, pintor o músico, lo que fuere. Yo no puedo darle una explicación lógica. Me viene a la cabeza un tema, una melodía; voy caminando, silbando, y se me ocurre algo. A veces estoy frente a un papel o la computadora y lo anoto. Pero no siempre es así y lo dejo. Al otro día me viene otra vez la misma idea y al siguiente de nuevo. Y la tengo que largar. Me siento un canal entre el tema y el papel; por momentos, apenas un transporte de esa idea, y si bien en SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) figura mi nombre, no estaría tan seguro de que sea totalmente mía.
-Sobre todo luego de haber escuchado miles y miles de composiciones desde chicos?
-...pasando por Los Beatles, el jazz, el tango, el rock. Es muy difícil separarse de ello, por eso los artistas que viven en un "táper", como decimos nosotros, logran un dominio sobre su arte y aparecen, vienen sobre un molde desconocido. Por eso los autodidactas suelen ser especiales para los que tanto han estudiado. Me gusta un poco de cada cosa y más aquellos músicos que primero tocan y luego se ponen a estudiar qué tocaban.
-¿Cuándo la forma que anotaste en la compu o la partitura te convence del todo para pulirla y terminarla?
-Cuando me sigue rondando en la cabeza la tengo que largar. A veces la termino, a veces hago los arreglos y la dejo, ya se va a usar. Tengo una gran carpeta de temas así y según las situaciones, los momentos, busco entre todo lo que compuse. Aprovecho los relámpagos que me agarran de inspiración, archivo y cuando algún trabajo me llama, los saco para trabajar.
-¿Hay un motivo particular, algún estado vital recurrente al componer?
-La melancolía y la tristeza me ayudan bastante más que la alegría. A mí me cuesta mucho más componer cuando estoy alegre, generalmente no tengo ganas de sentarme a escribir. Cuando no estoy tan bien una de las maneras de llorar es a través de la música.
"Puedo estar componiendo a las tres, cuatro de la mañana; son buenos horarios. Es donde para el mundo, no suena el teléfono, nadie me manda correos y me puedo concentrar en la música. O cuando estamos sobre un disco que me encierro quince días, no sé, nada más que a componer o a pulir temas. Necesito de una abstracción y una concentración importantes".
-¿Cómo se lleva esa abstracción con la convivencia cotidiana?
-Terriblemente. Es complicado vivir con músicos. Me ha pasado que no terminé de componer anoche, me dormí y en medio del sueño me desperté con la idea que cerró. Me siento y me pongo a componer. Por suerte tengo auriculares, aunque me olvido de bajar el volumen. La inspiración no me asalta de dos a cinco de la tarde. Me fui a dormir y ahí vino. Es una cosa insoportable. ¡No tiene un horario la guacha!
PORCELLI ENSAMBLE TOUR
Pablo Porcelli se presenta hoy en la Sala Rainbow de Casino Magic de Neuquén. El sábado estará en Casa de la Cultura de Roca y el domingo 31, en Códigos Café Concert de Viedma.
Eduardo Rouillet