Calentura.

Mucha calentura.

Eso hubo ayer en el entrenamiento de Independiente, el día después de que Américo Gallego diera a conocer los diez jugadores que no seguirán en Independiente.

De parte del entrenador para con el periodismo por la repercusión que tuvo la decisión. Y de parte de los jugadores incluidos en la lista por la obvia razón de que se sienten expuestos como responsables del pésimo momento futbolístico del Rojo y porque los mandaron a entrenarse con la tercera.

"Nos deben dos meses de sueldo y algunos chicos no pueden mantenerse sin ese dinero. Personalmente no tengo problemas porque ahorré algo en mi carrera y como estoy a préstamo, el mes que viene vuelvo al Atlas, de México, pero a otros se les complica", apuntó el volante Emanuel Centurión, uno de los marginados.

El ex jugador de Vélez se mostró "dolido por la medida. El técnico podría haber hecho lo mismo sin sacarnos de los entrenamientos con los profesionales. No estuvo bien".

En cambio, los futbolistas que "quedaron" en pie después de la depuración del Tolo tampoco quisieron dialogar hoy con la prensa, quizás para no herir susceptibilidades y manifestaron cortéstemente su negativa al periodismo.

Si bien Gallego le informó al grupo el martes que iba a separar a diez futbolistas, no habló individualmente con cada uno de los jugadores que a partir de ayer se entrenan con Enrique Borrelli, a cargo de la tercera división.

Así, después de la medida ejecutada por Gallego, el entrenador comenzó a trabajar con 24 futbolistas profesionales y no se descarta que hasta la finalización del torneo se produzca una nueva reducción, aunque obviamente menos profunda que la de ayer.

En cuanto al futuro inmediato, el plantel efectuó ayer en Villa Domínico una práctica de fútbol en la que el juvenil volante Fernando Godoy ocupó el lugar del suspendido Gastón Machín, único cambio que se producirá en el equipo respecto del que cayó el último domingo ante River (2 a 0) y que este sábado enfrentará a Huracán (18:20).