Miércoles 27 de Mayo de 2009 > Sociedad
Los primeros pasos y las primeras palabras
Por lo general, al año y medio los más pequeños pronuncian mamá, papá y agua. La comunicación y el vínculo estrecho entre el niño y sus progenitores es fundamental para detectar algún tipo de retraso precoz.

En un informe especial la Universidad Austral trata sobre la importancia del lenguaje entre los más pequeños y los padres. A medida que comienzan a largarse solos a caminar, también pronuncian sus primeras palabras; mamá, papá y agua. En esta etapa es fundamental la atención de los progenitores para detectar algún tipo de retraso precoz en los chicos.

 

La Universidad Autral dice que "desde el momento de la concepción existen parámetros que establecen si un bebé es sano o si padece de algún retraso en el desarrollo madurativo, como consecuencia de afecciones neurológicas, o bien debido a la falta de estimulación externa".

 

También agrega que “habitualmente, las mamás tienen una comunicación muy estrecha con los bebés, situación que les permite advertir, por ejemplo, cuando ellos no contestan con la mirada, hacen ruiditos o siguen el movimiento de un determinado objeto. Más allá de la observación y con el objetivo de detectar –si lo hubiera– algún retraso o inconveniente en el desarrollo madurativo, también es útil recurrir a la comparación con otros chicos”, comenta la Dra. Nora Grañana, neuróloga infantil del Hospital Universitario Austral.

 

Aclara que si bien cada niño es único y los plazos pueden variar, existen criterios para determinar hasta qué punto es “normal” su desarrollo: “Podemos generalizar y decir que si un chiquito a los 18 meses no dice mamá, papá y agua, ni es capaz de deambular en forma independiente, sería conveniente realizar una consulta”.

 

Existen “guías” que establecen patrones, por ejemplo, un bebé entre los 3 y 4 meses debería lograr sostener su cabeza y emitir vocalizaciones con la letra “a”, la “o” o decir “ajó”. Y entre el año y los 18 meses empezará a moverse solo y a decir las 3 palabras claves: mamá, papá y agua.

 

“Al cabo de los dos años lo ideal es que elabore frases de dos palabras, como ‘quiero leche’. A esta edad también se alimentan con tenedor o cuchara y señalan aviones, la luna, un muñeco o un animal”, detalla la Dra. Grañana.

Entre los 3 y los 5 años será el turno de incorporar paulatinamente y en este orden los colores, las formas, las canciones infantiles más simples, los ‘vínculos sociales’ al acercarse a otros chicos de la misma edad y compartir los juegos. Durante esta etapa también se espera que los chicos controlen las ganas de orinar y aprendan a escribir su nombre.  

“A los 6 años comienza otra etapa con el aprendizaje de la lectroescritura y la incorporación de palabras aisladas escritas en mayúscula. Aunque los tiempos son flexibles, cabe destacar que la alarma –a cualquier edad– será darse cuenta de que se han perdido pautas que ya habían sido adquiridas. Un ejemplo sería que el chico ya hubiera incorporado cinco palabras y de golpe dejara de pronunciarlas”, sostiene la neuróloga.

Habitualmente relacionadas con determinadas situaciones familiares o ambientales, las dificultades en el desarrollo del lenguaje, de la conducta social o de la maduración suelen tener –de acuerdo con los últimos estudios sobre el tema–, bases neurobiológicas.

“Esto quiere decir que el cerebro no madura a la velocidad que debería, ocasionando déficit o retrasos en la adquisición de la comprensión. La disociación de las causas es compleja porque a veces puede existir un problema familiar que cause que se detenga la estimulación. De manera que ambos factores suelen estar relacionados”, concluye la Dra. Grañana. 

El lenguaje gestual, otro hito en el desarrollo

 No solamente las palabras son indicadores del desarrollo: los gestos constituyen un elemento fundamental. De hecho, un estudio liderado por las psicólogas estadounidenses Susan Goldin-Meadow y Meredith Rowe establece que los bebés de hasta 14 meses capaces de combinar gestos con palabras son más proclives a aprender una mayor cantidad de vocablos en menor tiempo, y en consecuencia a incorporar un vocabulario más amplio.

Según consta en las conclusiones de la investigación publicadas en Science, esto es así porque la gestualización constituye el primer paso hacia la formación y construcción de oraciones. El esquema del desarrollo del lenguaje sería el siguiente: incorporación de una palabra que puede denotar una acción mediante la reiteración; combinación de éste concepto con un gesto realizado repetidamente por los padres; adición de una segunda palabra relacionada con el primer concepto.

Fuente: Hospital Austral

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