BAGDAD.- Los atentados graves han disminuido en Irak en casi un 60% desde el año pasado, afirmó ayer un militar estadounidense, aunque la violencia continúa desangrando a la ciudad de Mosul, al norte de Irak. Un suicida a bordo de un coche bomba que aparentemente pretendía atacar a un convoy estadounidense hizo estallar la carga ayer cerca de un retén militar en Mosul. El atentado dejó un muerto y 45 heridos.

El ataque en Mosul, considerada como el último bastión urbano del grupo extremista Al Qaeda en Irak, ocurrió en plenas maniobras militares en ese lugar y en la provincia de Diyala, antes de que se cumpla el plazo del 30 de junio para la salida de las fuerzas estadounidenses de las ciudades iraquíes.

El gobierno de Irak dijo que no se prolongará el plazo para la salida de las tropas estadounidenses, pese a la preocupación expresada por algunos jefes del mando militar de Estados Unidos de que las fuerzas iraquíes no estarían lo suficientemente preparadas para hacerse cargo de la seguridad en Mosul.