LA HABANA.- Cuba no se mantiene ajena a la crisis económica del mundo capitalista. En el país socialista presidido por Raúl Castro se reiteran los llamamientos al ahorro, mientras se observa una falta de liquidez y expertos temen incluso la primera contracción económica en 16 años.
Sin embargo, una hipotética relajación del embargo estadounidense podría traer el despegue. El gobierno cubano corrigió de un 6 a un 2,0% su previsión de crecimiento económico para 2009.
Por su parte, el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), un "think tank" de la universidad de La Habana, prevé que continúe la desaceleración de la economía del país y que sólo crezca cerca del 1,0%, tras picos del 12,1% en 2006. Su pronóstico más pesimista apunta a un retroceso del 0,5%. Un informe del CEEC afirma que en 2008 el déficit de la balanza de pagos creció drásticamente por el aumento de los precios de importación del petróleo y los alimentos, y la caída de los del níquel exportado por Cuba.
En el 2008 la isla se vio asolada además por tres huracanes, con daños por 10.000 millones de dólares. Debido a su impacto, la producción agrícola cayó un 7,3% en el pasado trimestre, mientras más de medio millón de viviendas están pendientes de reparación.
En términos generales, la crisis mundial ha llevado a una caída en la demanda de productos y servicios y a que se pongan en duda proyectos de inversión, en medio de condiciones de financiación más duras. El vicepresidente cubano, José Ramón Machado Ventura, anticipó "dificultades" por la crisis pero consideró que "si algún país está preparado para enfrentarla, ése es Cuba" y que no se llegará a despidos masivos como en países capitalistas. No obstante, Vidal estima que, al margen de la crisis, también hay problemas estructurales internos que frenan el crecimiento, como una agricultura e industria "rezagadas", la poca diversidad del comercio exterior cubano y la baja productividad de gran parte de las empresas estatales.